Kenia … Un
relato entretejido de cielos.
Desde que subí al avión en Nairobi, ya de regreso a lo que
conocemos como civilización, sentí el "mal de África". La belleza de
las inmensas sabanas moteadas de animales salvajes, los pueblos guerreros, las
encendidas puestas de sol y las aguas turbulenta y achocolatadas de los ríos Mara
y Ewaso Nyiro , me hacían padecer esta terrible enfermedad de la
nostalgia.Kenya, país que inspiró a Karen Blixen a escribir sus famosas Memorias de África, ha sido uno de mis viajes favoritos. Hasta entonces, solo conocía Túnez y Egipto del continente africano, y este viaje me llevó a descubrir culturas tribales y paisajes de película.
Quizás es el país que mejor representa la esencia de África y no solo por ser el más conocido, si no porque tiene tal cantidad de atractivos que lo hace ser un destino muy completo. Sabanas que se pierden a la vista, bosques lluviosos, nieves perpetuas, y playas de arena blanca.
Kenia es el viaje que quieras hacer, porque existen tantas Áfricas como quieras pensar.
Hoy me siento a escribir, y mi
Hotel Sarova Stanley
Aterrizamos en
Mi prima Loli, Estibaliz una cantante de Baracaldo que viajaba sola, un matrimonio de Pamplona compuesto por Juanma y Laura, y el chofer- guía que nos acompañaria durante toda nuestra estadía en Kenya.
Caía la noche sobre el actual paseo de palmeras que da la bienvenida a su edificio fundacional, tras el que se levantan hasta ocho plantas de habitaciones.
Fue el primer hotel de lujo de esta ciudad, cuando la capital keniana apenas llevaba tres años existiendo
“Llegué al Hotel Stanley, supongo…”
A la mañana siguiente después de un desayuno delicioso, subimos en la furgoneta preparados para la gran aventura. La palabra safari, significa “viaje” en Swahili, y Ernest Hemingway fue uno de los primeros en realizarlo en 1933, si bien, antiguamente los safaris no eran como ahora. Afortunadamente, en Kenia está prohibido cazar desde 1977 y hay duras leyes al respecto para controlar los cazadores furtivos.
Allí se encuentran los hoteles que se llaman lodges. Son como
hoteles pero en medio de la nada. O de los animales. Que están por allí al
lado. Se ven en vivo y en directo. A su aire. Durmiendo, comiendo, caminando,
haciendo vida social, y todo lo demás.
Nuestros Lodges son cabañas de cemento, ladrillo y madera, tienen vista
al río Ewaso Nyiro. Las instalaciones
donde está el comedor, la piscina y el bar, son muy bonitas y encima de pilotes ya que cerca discurre este gran rió
achocolatado donde acampan a sus anchas los cocodrilos, de noche se puede oír
los monos gritar asustados cuando ven aparecer a este gran depredador.
Los lodges estan en la misma reserva y no es sorprendente que los animales más variados aparezcan frente a ti, macacos, lagartos azules etc. Las noches del río son para el leopardo, que descansa y caza en sus orillas. De hecho, Samburu tiene fama de ser una de las zonas en las que se puede observar con mayor facilidad a este felino que tiene la costumbre de camuflarse en las copas de los árboles para descansar
La reserva también es un lugar privilegiado para contemplar cocodrilos de hasta seis metros de longitud que, más exhibicionistas que los leopardos, salen de las "Aguas Negras", que es lo que significa "Ewaso Nyiro", para acercarse y ponérsenos cara a cara, solo separados por una alambrada eléctrica al mas puro estilo jurassic park
Los lodges estan en la misma reserva y no es sorprendente que los animales más variados aparezcan frente a ti, macacos, lagartos azules etc. Las noches del río son para el leopardo, que descansa y caza en sus orillas. De hecho, Samburu tiene fama de ser una de las zonas en las que se puede observar con mayor facilidad a este felino que tiene la costumbre de camuflarse en las copas de los árboles para descansar
La reserva también es un lugar privilegiado para contemplar cocodrilos de hasta seis metros de longitud que, más exhibicionistas que los leopardos, salen de las "Aguas Negras", que es lo que significa "Ewaso Nyiro", para acercarse y ponérsenos cara a cara, solo separados por una alambrada eléctrica al mas puro estilo jurassic park
Nuestra primera etapa era la reserva nacional de Samburu Saba.
Formada por una sabana volcánica de
gran belleza. Es cuna de la tribu Samburu un grupo itinerante escindido en el
pasado de los famosos Masaais
Está reserva se ubica en la parte central del país y forma un
sistema con tres parques adyacentes: buffalo Springs, National Reserve,
Laikipia, Shaba National Reserve. En Samburu se ve fauna como elefantes,
búfalos, cebras de Grevi , gacelas, impalas, los antílopes jirafa,
acuáticos, guepardos, leopardos, leones, cocodrilos, hipopótamos,
jirafas reticuladasLos Samburu
Más tarde, las chicas formamos parte del baile, un baile que consistía en mover los collares, una experiencia encantadora que jamás olvidaré.
Estas son unas de mis fotos preferidas de Kenia. Cada vez que las veo me emociona y mis recuerdos se activan, las mujeres Samburu y los niños me dejaron huella, y éstas en concreto se han quedado en mi memoria.
Cae la tarde, y en este ciclo de la vida los herbívoros de más tamaño tomarán las hojas más duras o inaccesibles y, a su paso, aplastarán la hierba, más apetitosa así para los más pequeños, que sin saberlo irán enterrando con sus pezuñas las semillas para que la vida vuelva a germinar. Los carnívoros se emplearán a fondo en dar caza a unos y a otros, y aún dejarán algo para los carroñeros, que la naturaleza en África no sabe de desperdicios.
Uno de los momentos mágicos de la estancia en este parque, era al amanecer o al caer la tarde, en la terraza del Lodge se podía disfrutar de las vistas al río Ewaso Ngino. Su orilla es un lugar excepcional para contemplar la puesta de sol antes de la cena. Y a dormir después, acunados por el sonido de la selva de fondo.
Y, como corresponde a las latitudes ecuatoriales, amanece muy deprisa. En sincronía perfecta, el ciclo de la vida va levantando el telón de esa pieza teatral en la que cada especie tiene bien aprendido su papel.
La imagen que tenemos de que Kenia es desértica es completamente errónea, hay mucho verde, mucho. Lo mismo pasa con la idea de que es un país muy caluroso. Hace calor pero no más que en España y las noches en muchas zonas son frescas. Aunque para todo el viaje nos bastó con unas camisetas para el día y algún polar para las noches.
La reserva de aberdare
Aberdares es el bosque encantado de Kenia. Y lo mejor de todo, poco frecuentado. El
viajero que piensa sólo en los cinco
Grandes, es decir, el elefante, el león, el leopardo, el búfalo y el
rinoceronte, sólo se acerca a las sabanas africanas. Ni se les pasa por la
cabeza visitar este paraíso keniata.
La mayor parte del paisaje está formado por una
selva húmeda y lluviosa envuelta en neblinas, lo que le confiere ese aire
misterioso. Posee espectaculares saltos de agua
Por la elevada humedad,
durante gran parte del año sus carreteras suelen estar embarradas, por lo que
únicamente los vehículos 4x4 están autorizados a circular.
Nos reciben en el hotel base antes de la comida, es un lugar
precioso, el hotel base es el “Country Club” con inmensos
jardines y vistas increíbles. Había
jirafas y un pavo real por allí en medio. Al
poco de dejar las maletas fuimos los cinco a comer. Comida variada y buena,
buffet, con buenos postres y además pudimos elegir una mesa cerca de la terraza con
unas maravillosas vistas mientras
comíamos. Impresionante!!
Después de comer,
las maletas grandes hay que dejarlas
en este hotel base, tan solo pudimos llevarnos al hotel observatorio donde fuimos a
pasar la noche una bolsa de mano. Nuestro hotel era el The Ark y estaba a una
media hora del hotel base.
Subimos en un autobús destartalado por un camino,
siempre en continua subida, donde vimos los primeros búfalos a dos metros si
llega.
Woooooww, que tamaño, son enormes e impresionan
muchísimo. También vimos las primeras hienas, nada fáciles de ver. Me
parecieron mucho más gordas y bonitas de lo que imaginaba. La sonrisa de oreja
a oreja seguía permanente, en las hienas y en nosotros.
El hotel The Ark
Encontramos El
hotel The Ark en un enclave privilegiado
dentro de la Cordillera de Aberdare, el sitio y las vistas son sencillamente
impactantes.
Es como un arca hecha de madera grande rodeada de vegetación. Uno
de los lodges más interesantes. Muy bonito por fuera. Construido en alto, para que los
animales, en especial los elefantes, no tengan acceso directo al alojamiento de
los huéspedes. Todas las habitaciones tienen ventanales y miradores para
observar las costumbres nocturnas de los animales, como si de un documental se
tratara
Las
habitaciones son pequeñas con un encanto especial. Desde la ventana podíamos
ver los elefantes, hienas, cebras y rinos…Hay una laguna al lado a donde van a
beber. El hotel tiene unos reflectores que iluminan en la noche a los animales.
En el interior se está en la penumbra y se pueden ver a toda esta fauna
moverse.
Hay un sistema de alarmas para despertar a los huéspedes en caso de
que se presenten oportunidades para ver determinados animales. Si aparecen
leopardos o hienas, rinocerontes o leones. El espectáculo más interesante suele
ser de noche así que se duerme poco. Pero qué importa dormir. Hemos venido para
ver animales. Así que se duerme menos y ya está.
Hay un
excelente y acogedor salón con chimenea en el que pudimos descansar y
refugiarnos del frío y la lluvia fina antes
y después de la cena, a la vez que salíamos corriendo entre bocado y bocado, hacía alguna de las salas de observación para
ver algún animal que se ha acercado a saludarnos o sencillamente verlos desde
las ventanas. Aquella
noche dormimos algo menos, y pronto a la mañana volvimos a tomar la carretera
para llegar a la reserva nacional del
lago Nakuru. Había dejado de llover y el cielo nos daba una tregua.
La espesa
cobertura vegetal que discurre mientras estás de safari, dificulta ver la
fauna. No obstante, podíamos ver fácilmente elefantes, búfalos, papiones,
facoceros, hiloceros y varias especies de antílopes.
Y hasta cruzamos el Ecuador!...
Qué sorpresa
cuando paramos en mitad de la carretera y cruzamos el Ecuador
de la Tierra que divide la superficie del planeta en dos partes, el Hemisferio
Norte y el Hemisferio Sur
Hicimos esa
pequeña parada, donde nos enseñaron cómo el agua de un cubo giraba hacia la
derecha o hacia la izquierda dependiendo del lado del hemisferio donde nos
encontrásemos. Parada turística pero muy curiosa y divertida.
Las Cataratas Thomson
Seguíamos camino entre un paisaje de
altas mesetas y de densos bosques. Aquí se encuentran inmensas cascadas que rompen el
silencio de este lugar paradisíaco. Llegamos hasta las Cascadas Thomson No
sé si fue porque ni había oído hablar de ellas pero me parecieron
espectaculares. 74 metros de caída libre sobre el río Ewaso Narok.
Las cataratas reciben su nombre por Joseph Tompson, el primer europeo que fue
caminando de Mombasa hacia el lago Victoria en 1880.En sus inmediaciones se habían
reunido toda una muestra de etnias de lo
mas vario pintas, para la típica foto turística supongo. Y algún que otro
puestito de souvenir con un curioso nombre muy familiar.
El lago Nakuru.
Continuamos ruta hacia el
imponente Valle del Rift , una depresión que en el futuro dividirá al
continente africano en dos y provocara la entrada del mar en su interior. Una
gran fractura geológica de origen volcánico que ofrece paisajes tan dispares
como la sabana a un lado, y la selva al otro.
Esta grieta provocada por los movimientos de las placas hace tropecientos millones de años, va desde Etiopía hasta Mozambique. Vamos, que de norte a sur y atraviesa casi toda África. Dicho valle es también cuna de la humanidad y en su interior se descubrieron los restos humanos más antiguos que se conocen. En el cielo se formaban grandes nubarrones que amenazaban lluvia y daban al cielo un aspecto amenazador pero muy hermoso.
Esta grieta provocada por los movimientos de las placas hace tropecientos millones de años, va desde Etiopía hasta Mozambique. Vamos, que de norte a sur y atraviesa casi toda África. Dicho valle es también cuna de la humanidad y en su interior se descubrieron los restos humanos más antiguos que se conocen. En el cielo se formaban grandes nubarrones que amenazaban lluvia y daban al cielo un aspecto amenazador pero muy hermoso.
De
repente, descubrimos las inmensas nubes
rosas que forman los flamencos en el Lago Nakuru, es toda una experiencia, irrepetible!
Este lago es
conocido mundialmente por su antigüedad geológica, por su alcalinidad, es un
lago salado, y por ser refugio de muchas especies de aves, especialmente de
miles de flamencos enanos que pueblan sus aguas. Poco a poco como si de un telón
de teatro se tratara, las nubes se abrieron, dejando paso a un luz increíble
reflejada en el largo.
Llegamos al parque, las vistas panorámicas eran
espectaculares y la adrenalina se disparó por las nubes. Las orillas repletas
de cormoranes y tántalos africanos, pelícanos comunes y rosados, avefrías
armadas, gaviotas cabecigrises, etc, y los flamencos dando más color aún.
Y sobre todo este cielo que
varía durante todo el día, te atrapa, te sorprende, se nubla, llueve,
sale el sol…todo en una continuidad de formas omnipresentes. Al principio me
sentía rara, kenia es hablar de
animales, y sin embargo ¡ yo me quedé prendada de sus cielos!
Y nos quedaba el quinto de
los grandes y lo vimos allí, los impresionantes rinos. Vimos varios
rinocerontes blancos y en menor cantidad rinocerontes negros. Este parque
nacional fue declarado santuario de rinocerontes en 1987 y así, fueron
protegidos de los cazadores furtivos. Es fácil encontrarlos tranquilamente
pastando a las orillas del lago.
Poco a poco el cielo aclaraba y ver su reflejo en el tranquilo lago es algo que corta la respiración
En sus orillas, la fauna y la flora difícilmente pueden cubrirse con una somera descripción. Las vastas llanuras meridionales están salpicadas de acacias de copa plana, y matorrales espinosos. Esta considerado como el mayor espectáculo ornitológico de la Tierra, con más de 450 especies de aves. Una fusión de colores rosados y blancos provenientes de los flamencos y pelícanos que se reflejan en el agua, es una imagen espectacular
Sarova Lion hill lodge
Llegamos “al hotel” Sarova Lion hill lodge, para el almuerzo, a orillas del lago Nakuru.
Unas casitas agradables, pintorescas y simpáticas totalmente integradas con el entorno, muy cuidadas. La cafetería del hotel esta también perfectamente integrada y tiene una especie de braseros que hace la estancias aún más agradable. La comida excelente como en toda Kenya.
Al Lago Naivasha.
Después de comer visitamos el otro
lago.
Después de unas gestiones de nuestro guía,
fuimos al Lake Naivasha Country Club,
un hotel de aspecto colonial en la orilla del lago. Tiene un jardín este hotel
precioso, con un enorme prado rodeado de un tupido bosque de acacias de corteza
amarilla. Atravesando el jardín, una vereda lleva entre los árboles hasta un
templete de madera al que se llega por un puentecito también de madera. Y más allá,
por fin, la orilla del lago. Por la noche es peligroso pasear por ahí por...
¡los hipopótamos! Los animales salen por la noche del agua y pastan en esa
zona, según dicen, el hipopótamo es el animal que más muertes de humanos causa
en África. Y, atentos, ni siquiera es depredador sino un simple herbívoro. Pero
más vale no tocar las narices al gordinflón.
El lago tiene
una superficie de unos 180
kilómetros cuadrados y es el único lago de agua dulce
dentro del Gran Valle del Rift. Tiene una forma casi circular y una profundidad
media de 6 metros ,
aunque llega a los 20
metros en el cráter del volcán de la isla Crescent,
estando situado a una altitud de 1.884 metros .
El cielo reflejado en el lago.
Es el hogar de una increíble variedad de aves, más
de 400 especies. También viven en él cebras, gacelas, ñus, jirafas que, según
nuestro guía de esa zona, fueron traídos hasta el lago para el rodaje de
algunas escenas de Memorias de África.
Nos subieron a una típica barca de
pescadores con un motorcillo que en cuanto pillaba un par de plantas por abajo
se atascaba y había que reiniciarlo
¡Como se
movía la barca al subir! Al menos tuvieron la delicadeza de dejarnos unos
salvavidas, así si te caes al agua en vez de morir ahogado mueres reventado por
uno de los hipopótamos de los que había… Dimos una vuelta por todo el lago. Los
paisajes son, de nuevo, de una belleza extrema. Al poco de subirnos nos llevaron a una zona donde había una familia de
hipopótamos. Alucinante, que pedazo de bichos!! Estos colosos pasan el día durmiendo en el agua,
para salir a la orilla por la noche, convirtiéndose en uno de los animales más
peligrosos de África
Hasta que nos dejaron en
una zona donde había cientos de pelícanos en la orilla y en la que por primera
vez en el viaje pudimos caminar con animales a nuestro lado. Había cebras, ñus,
antílopes, jirafas…
! QUE EMOCION!... Cuando al atardecer, de regreso a nuestro hotel, el guía nos pidió silencio y nos señalo con el dedo un lugar muy cercano a nosotros, y pudimos ver en lo alto de un árbol un gran leopardo dormitando con su cena colgada del árbol.
Regresamos al Sarova Lion Hill Lodge. Durante la cena no parábamos de parlotear sobre todo lo visto, y salimos a las terrazas donde un grupo de danzas bailaban en un escenario al son del tam tam.
Poco a poco la luz en el horizonte del lago iba cambiando de tonalidad hasta desaparecer, la lluvia, hacia tiempo que había cesado tan de repente como siempre ocurre en estas latitudes.
Con un maravilloso cielo completamente estrellado y limpio era difícil irse a dormir, sobre el firmamento en el ecuador la Vía Láctea impresiona aun más con los anillos de Saturno verticales por nuestra posición. Era una sensación de tiempo detenido, de conexión con tu parte animal, nos dimos un paseo por los jardines, teniendo al otro lado del recinto a un par de búfalos pastando relajadamente, y a unos chacales de dorso negro a la caza de impalas, los vencejos moros gritaban en la oscuridad. A más de 2.000 metros sobre el nivel del mar fue muy agradable dormir abrigados. ¡Estábamos en África!..
Pronto a la mañana y con un cielo limpio salimos por carretera .Vivíamos una expedición activa y poco convencional, con una dinámica de viaje que no entiende, ni quiere horarios rígidos, dejando siempre la puerta abierta a inesperados: una manada de elefantes en medio del camino, o el barro y las lluvias que nos harían en momentos bajarnos del 4x4 y ayudar a empujar en esos amaneceres donde sientes que tu cuerpo va vibrando cada vez más acorde con la naturaleza.
Masai Mara
Desde nuestra llegada al continente, un mosaico de imágenes y sensaciones nos trasladaba al África de los grandes exploradores. Pero nada igualaba al Masai Mara.
Ninguna región del África negra muestra con tal generosidad tantos tesoros naturales como estas tierras. Nos pareció un sueño pisar el suelo donde se encuentra los grandes movimientos migratorios de ñus y cebras acechados por grandes depredadores.
En verano la gran migración procedente del Serengeti se ha instalado en Masai Mara
Y así es como la sequía marca el inicio de la gran migración, que lleva hacia la Reserva Nacional Masai Mara (en Kenia) a miles de bestias en el traslado de animales más espectacular del planeta.
Estas tres Fotos son extraídas de Internet.
Todos los años, estos animales cruzan el río Mara entre los meses de julio y octubre cuando termina la época de lluvias para encontrar pastos verdes en Maasai Mara. No todos sobreviven a esta prueba, muchos de ellos se quedan por el camino.
La falta de comida, los leones y hienas que están al acecho, unidos a los cocodrilos que les esperan al cruzar el rió, se convierte en todo un reto.
Le llaman la gran migración y con razón: es la mayor concentración de herbívoros del planeta. Y es de tal magnitud que no hay unanimidad en cuanto a su tamaño real. Todo son estimaciones, pero las cifras sobre las que más consenso hay son espectaculares: se cree que hay más de dos millones de animales en marcha. Un millón trescientos mil ñus azules, medio millón de gacelas de Thompson, doscientas mil cebras y algunos miles de ejemplares de elands, topis y otros herbívoros. Y no solo la cantidad de animales impresiona. También lo hacen las distancias recorridas: estamos hablando de una migración circular que recorre entre 800 y 900 kilómetros en cada trayecto. Es un espectáculo inigualable.
Después de varios kilómetros por carretera llegamos al “Hotel” Sarova Mara.
Las instalaciones, recepción, piscina, restaurante, bar. etc... Son excelentes. El hotel en general es muy bonito, está todo muy limpio y cuidado y es muy original que el tipo de alojamiento sean tiendas de campaña aunque de lujo.
En las dependencias comunes hay un gran salón circular con una chimenea en medio que permanecía encendida casi todo el día.
Esta situado en una masa boscosa debajo de una colina. El entorno y las instalaciones te hacen sentir realmente que estas en medio de la sabana. La zona, muy extensa, donde se ubican las tiendas, esta cubierta de enormes árboles.
Durante la noche hay un servicio continuo de vigilancia por parte de guardas maasais para controlar la entrada de animales.
Nuestra estancia allí alimentó el sueño de África que todo europeo lleva en su viaje a Kenia.
Nuestra estancia allí alimentó el sueño de África que todo europeo lleva en su viaje a Kenia.
Nunca me han gustado las tiendas de campaña pues adoro la comodidad, pero las tiendas donde nos alojamos en este hotel eran un lujo.
Abres la cremallera y te encuentras con un precioso suelo de madera, una enorme cama con mosquitera y una decoración totalmente acorde con el ambiente. El cuarto de baño está adosado en la parte de atrás de la tienda sin restarle encanto.
Abres la cremallera y te encuentras con un precioso suelo de madera, una enorme cama con mosquitera y una decoración totalmente acorde con el ambiente. El cuarto de baño está adosado en la parte de atrás de la tienda sin restarle encanto.
Por la noche el cielo estrellado es una gozada para la vista y la ubicación del conjunto hace que la tranquilidad sea extrema aun que por la noche, como en muchos otros hoteles de Kenia, cortan la electricidad y por lo tanto la valla electrificada NO funciona. Es decir, que cualquier animal puede entrar dentro del hotel. Es frecuente que algún leopardo de noche se cuele por las cocinas y se lleve alguna pieza de carne, o que se lo coma insitu …en fin no alimentemos la inquietud ..
Con el palpitar del África salvaje como telón de fondo, aquella noche estábamos en El Masai Mara, en plena naturaleza, intentando dormir con el sonido lejano de las hienas, escuchando a la orquesta áspera de cigarras, el croar de las ranas de árbol, la llamada intermitente de las aves nocturnas y los monos, es una sinfonía inolvidable, era el mejor escenario para revivir la romántica historia basada en la novela autobiográfica de Karen Blixen.
A la mañana temprano, nos alejarnos del campamento, por supuesto las barrigas bien llenas con la idea de disponer de suficiente energía para hacer sonar miles de veces el click del obturador de la cámara.
Y Nos fuimos adentrando en este paraíso de fauna africana, en el mayor santuario de fauna silvestre de la Tierra
En su territorio residen los cinco grandes (BIG FIVE), es decir, las cinco especies más codiciadas hace décadas por cazadores europeos y americanos y en la actualidad, por los teleobjetivos de las cámaras fotográficas de turistas: el león, el leopardo, el elefante, el búfalo y el rinoceronte. Los cinco más espectaculares de la Tierra.
Además, su territorio alberga un pueblo de soldados y cazadores elegido por el Dios Ngai, el pueblo guerrero Masaais .
En el pasado, los ataques y luchas para retomar su "propiedad robada" llevaron a los Masaais a enemistades sangrientas con otras tribus, en especial con los Kikuyus, sus más encarnizados enemigos. Estábamos impacientes por visitar su poblado, os explicare mas adelante, de cuando visitamos el poblado.
La biodiversidad en Masai Mara es excepcional. En el horizonte infinito al fin vimos el primer grupo de hienas moteadas con las panzas llenas. Del mismo modo que a las jirafas Masai, vimos a los guepardos con frecuencia durante todos los safaris. No teníamos problemas para verlos. Abundan en Masai Mara.
Es a esta primera hora del día y al atardecer cuando conviene salir de safari. Las temperaturas aún bajas hacen que la fauna esté más activa, y es también entonces cuando se tienen más posibilidades de asistir a una escena de caza.
Queríamos ver amanecer en la sabana, así que esos dos días nuestro guía nos recogió temprano, a esa hora era frecuente ver subir en globo a los mas atrevidos y después desayunar en mitad de la nada.
A medida que avanzaba la mañana, el sol subía al cielo e iba perdiendo su color rojo de amanecer. Nos refugiábamos en la escasa sombra que nos ofrecía el techo abierto de nuestro vehículo... Ver a nuestro paso la variada fauna que se lucía ante nuestros ojos, obligaba a detenernos y no es de extrañar, más aún cuando ves en el horizonte infinito el descenso de los buitres de la sabana. Buitres Torgos, de Rupell y africanos, que descendían en busca de un buen bocado de la cebra que yacía en el suelo.
El olor a herbívoro perfumaba la sabana y la claridad que de súbito la envolvía favorecía los primeros encuentros: una familia al completo de babuinos a paso diligente; una manada de impalas hembra comiendo confiada en su certeza de que el macho que las vela daría la voz de alarma si intuyera la presencia de un predador; los primeros elefantes, quizá algún solitario rinoceronte o unas jirafas despuntando sobre las copas de unas acacias, con su halo de inocente coquetería y tan impasibles a la presencia humana como la barbaridad de ñus, de cebras y búfalos que, como en un jardín del edén, pastaban por las praderas
En nuestros safaris nos encontramos con muy pocos coches, aquí sorprendemos a dos guepardos cenando gacela de Thompson , y un chacal al asecho de las sobras (curioso cómo se vigilaban mutuamente)
Nuestro primer día prometía sorpresas. La mañana se presentaba fresca. Nuestro guía había tomado dirección hacia unas familias de leones avistados el día anterior. Hacía tan sólo más de una hora que habíamos abandonado el campamento, La selva húmeda dejó paso a una sabana de pasto seco y avanzábamos en coche a un ritmo adecuado. De repente, nuestro guía nos advierte “elefantes “
Fueron las imágenes más pintorescas de todo el viaje. La belleza de los elefantes era sobrecogedora. La manada en silencio se acercaba en nuestra dirección. El largo frenazo del coche hizo que nos detuviéramos a unos 50 metros . Ahora estábamos justo tapando su paso.
Nuestro silencio era tan absoluto que casi dolía respirar. ¡No queríamos movernos! A medida que avanzaban enmudecíamos en aquel solitario paraje.
Una sensación de euforia invade nuestro cuerpo. Ahora el sonido es más elevado, las pisadas se escuchan por todas partes... La manada avanzaba ágilmente en nuestra dirección. Comencé a sentir el cosquilleo de la incertidumbre.
Al sonido de los pasos gigantescos, cada vez más cerca, le seguía el movimiento y sonido de la vegetación. Todo invadía el espacio, sin sonido humano...
Casi todo el tiempo estábamos solos en la inmensidad de la sabana ¡Qué gozada!
Si existe un momento emotivo vivido en la sabana del Masai Mara ese fue sin lugar a dudas cuando, en nuestra primera salida, vimos cómo una manada de varios elefantes se dirigía a la charca de agua que quedaba justo a nuestra espalda. Os cuento…
Una sensación de euforia invade nuestro cuerpo. Ahora el sonido es más elevado, las pisadas se escuchan por todas partes... La manada avanzaba ágilmente en nuestra dirección. Comencé a sentir el cosquilleo de la incertidumbre.
Al sonido de los pasos gigantescos, cada vez más cerca, le seguía el movimiento y sonido de la vegetación. Todo invadía el espacio, sin sonido humano...
Eran los sonidos de la naturaleza en su estado más puro. Uno de los ejemplares adultos alzó su trompa emitiendo un grito sobrecogedor. Nos lanzaba un mensaje. Estábamos invadiéndoles su paso. Teníamos que irnos de allí, o al menos avanzar unos metros. Y así hicimos, estábamos en el reino de los elefantes. Debíamos respetar a los reyes africanos.
Nada más adelantarnos unos metros, los elefantes pudieron continuar su senda. Fue, como dije, el momento más emotivo en este rinconcito del mundo.
También
vimos una de las manada de leones
compuesta de varias. Una leona de la manada ve una gacela solitaria a lo lejos
y se dispone a acecharla… acaban de comer pero no desprecian ninguna presa
asequible…
Se
le juntan otras dos leonas más y avanzan las tres hacia una gacela solitaria.
La
gacela las ve, han sido descubiertas y corren tras ella, tras la pérdida del factor sorpresa
disminuyen las posibilidades de éxito. Estamos contentos, la gacela estaba a
salvo. Hubiera sido una escena de caza y
nosotros estábamos esperando con el coche en el medio de los dos. Pero, bueno,
hemos visto la imagen de las leonas preparadas para cazar ¡qué preciosa
estampa!
La mayor parte del parque está compuesta de sabana
y pastizales, y el color rojo del terreno bautiza así a muchos animales que lo
pueblan.
Aparte de leones, elefantes, cebras,
facóqueros y demás, mis momentos supremos fueron con las águilas marcial,
coronada, rapaz y volatinera que se mostraron en su plenitud, y con los
secretarios y cálaos terrestres, aves sumamente
singulares. En la sabana hay infinidad de aves, con unos plumajes espectaculares. Y para el disfrute general, un
grupo de atrevidas avestruces que descaradamente se entregaron a tareas propias.
De
vuelta al campamento
para pasar la noche, hubo un momento que dos
leonés pasaron justo al lado de
la ventanilla de nuestro vehículo. Que bárbaro… Estíbaliz cerró la ventanilla cuando el león trato de asomarse... Confieso
que por unos segundos sentí un cosquilleo... Estuvieron tan cerca que no es de
extrañar que me diese tiempo a hacerles incluso un retrato al rostro, dos
leones errantes de crines negras y hambrientos. Por un momento esa escena me
hizo recordar otra de las películas basadas en hechos reales “ los demonios de
la noche “Vaya escalofrió ¡
A éstos se les veía la cara y las costillas
con heridas recientes, nos contaban que la vida de la sabana es dura, también
para el rey, el león macho, tienen que estar peleando no sólo con las presas,
sino también con los de su propia especie, bien para mantener su puesto, si es
el macho dominante de la manada o para quitar el puesto a otro si eres león
adulto nómada a la búsqueda de tu propia manada. Estos al no poder cazar ( sus crines se lo impiden) estaban condenados a morir de hambre.
Nos quedamos muy satisfechos después de ver a esta pareja, porque hay un dicho masai que dice que si no has visto a un león macho melena negra no has visto África ¡Ya hemos visto África!
Nos quedamos muy satisfechos después de ver a esta pareja, porque hay un dicho masai que dice que si no has visto a un león macho melena negra no has visto África ¡Ya hemos visto África!
Ya de regreso al campamento, encima de una piedra nos esperaba con semblante de pocos amigos un precioso
lagarto bicolor que ya habíamos visto en nuestro anterior viaje por Aberdare,
pero que siempre gusta ver por sus vivos colores y que, según mi guía, se llama
Agama Lizard.
Y
llegamos por fin al campamento. Poco a poco el sol se ocultaba y nos dejaba estas imágenes de la sabana, éramos dueños del universo.
Me
encontraba mucho mejor y decidí ir de safari por mi cuenta por los alrededores
de este campamento y ver que encuentro. Paso un curioso puente de madera donde
discurre un riachuelo y veo un lagarto, unas preciosas mariposas, unas bonitas
flores, unos monos gritones …Doblo el
recodo del camino y …
El aspecto y la leyenda de los Masais los
ha rodeado de un aura mítica de romanticismo salvaje. Pero lo cierto es que
este pueblo se debate entre un férreo conservadurismo tradicional y la
tentación de sumarse al progreso en busca de una vida más boyante. Su tendencia
a aferrarse a las raíces les ha granjeado las simpatías y la admiración de los
turistas anhelantes de escenas pintorescas.
Llegamos a Nairobi lloviendo y con un trafico imposible. Estibaliz
necesitaba cambiar dinero, nuestro chofer-guía
hizo una llamada con el móvil. Seguidamente nos llevo a donde el contrabando y el cambio
ilegal de divisas era rey. Es el
barrio Somalí, el más multicultural de la capital keniana donde se mueve dinero, tráfico de personas, comercio
internacional y recelos por parte del resto del país. Sabíamos que la
inseguridad es alta en todo el territorio de Kenia, tanto por actos de delincuencia
común como organizada y lo sentimos especialmente
aquí en la capital, Nairobi.
Antes de
ir al aeropuerto pasamos cerca de la casa de Karen Blixen la
verdadera mujer de Memorias de África. Su casa hoy es un museo
que porta su nombre aquí os pongo unas fotos.
Durante la cena, los Masais
entraron en el comedor, y nos hicieron
el típico baile guerrero. Os aseguro que a pesar de no gustarme para
nada este tipo de teatrillos, el baile, el sonido que nace de sus gargantas y
los gritos Masais nos hicieron pasar un
rato agradable.
Me
voy pronto a la cama y allí me entra una enorme tiritona. Un empleado del Lodge
pasa de tienda en tienda ofreciendo una bolsa de agua caliente. Mi prima me
trae unos bocaditos de pan para tomar un
medicamento. Tengo un corte de digestión de órdago, conozco los síntomas. Al
fin consigo conciliar el sueño ya casi de madrugada.
Vuelven a llamarnos
a las 5,30, pero yo no estaba para trotes y decidí quedarme en la tienda, le
digo a Loli (mi prima) que se vaya ella,
que no se preocupen por mí que me quedo durmiendo otro poquito más.
Amanecí sobre las 9 de la mañana ya me encontraba bastante mejor. Me
dirigí al comedor y allí en el buffet fui eligiendo un buen desayuno.
Regrese a la tienda y zascandileando un poco por ella, hice las maletas, ordene los regalos, me duche y seguía siendo muy pronto.
Regrese a la tienda y zascandileando un poco por ella, hice las maletas, ordene los regalos, me duche y seguía siendo muy pronto.
Zas !!…
Mi primer contacto con los masais fue para
quitarte el hipo ¡
Es
gente amable y se prestan para una foto, creo que ostentan un mercadillo en el
hotel o quizá son un grupo de danzas no se ! Nos despedimos entre risas y saludos y continúo mi exploración.
Al
rato regreso al comedor a tomar otra
taza de café y a esperar a mis amigos que estaban por llegar.
Los
expedicionarios regresaron pronto, me cuentan lo que han visto mientras desayunan y yo tomo mi segunda taza
de café.
Una manada de leones compuesta de un macho de melena negra, varias hembras y varios cachorros de diferentes edades, Elefantes y varios globos planeando por la sabana.
Una manada de leones compuesta de un macho de melena negra, varias hembras y varios cachorros de diferentes edades, Elefantes y varios globos planeando por la sabana.
Ya
es hora y el guía nos recoge para ir al poblado Masai.
Una visita a Masai Mara está
incompleta sin la entrada a un poblado Masai. Reconozco que mi prima
Loli siempre se ha mostrado reacia a ir
a un lugar de este tipo sabiendo que todo lo que hacen es un numerito con
nosotros, pero al final los compañeros de viaje y yo la convencimos, y he de
decir que al final no le resulto tan mal. Creo que merece la pena siempre que entremos siendo consciente de lo que nos espera.
Los maasais
Desde el jeep que nos lleva al poblado , divisamos una pequeña mancha anaranjada en el
medio de la sabana. A medida que nos acercamos la mancha va tomando forma
alargada convirtiéndose poco a poco en la silueta de una persona. Esbelta, de
porte distinguido a pesar de las parcas telas en tonos rojos y azules que le
cubren. Al pasar por su lado, los ojos que nos miran fijamente resaltan en su
pequeña cara de piel oscura. No aminora el paso, no suelta la lanza que lleva
en su mano. No hay duda, es un maasái, cerca pasta su ganado.
Los masáis son un pueblo milenario. Todavía hoy en pleno siglo XXI mantienen sus costumbres intactas. Su principal
actividad económica es el pastoreo, por lo que tradicionalmente ha sido una
sociedad nómada. Hasta tal punto influye el ganado en la cultura masái, que su
dieta se basa exclusivamente en tres alimentos: carne, leche y sangre. Sí, desayunan leche mezclada con sangre.
Si visten de rojo, es para ahuyentar a los animales.
Pero sus principales enemigos son los felinos, de los cuales se protegen con la
lanza que siempre llevan consigo. Una punta de la lanza está pensada para
ayudar a recorrer las largas distancias que hacen a diario en busca de pastos
para el ganado. La otra es afilada para clavársela a aquel león que ose
molestar a sus animales.
Aparte de las telas con las que se cubren el
cuerpo, su indumentaria sólo se compone de unas sandalias,algunas curvas porque están
fabricadas por ellos mismos con caucho de ruedas de coche. Además, los masáis se adornan con vistosos
collares y suelen alargar los lóbulos de sus orejas para colgarse pesados
pendientes.
La étnia Masaai sigue viviendo en el
interior de la reserva, o más bien, conviviendo con los animales salvajes a los
que no temen. Estos altivos pastores de vistosos atuendos rojos pasean a sus
vacas por las zonas de caza de leones y guepardos. Sus poblados son circulares
y por la noche quedan cercados dejando todo el ganado en el patio interior
Los guerreros nos hicieron el baile de bienvenida, fue espectacular verlo a la vez que escuchábamos el sonido típico que nace de sus gargantas. Los masai se agrupan para danzar, distribuyéndose en círculo, comienza a moverse cadenciosamente. Al intensificarse el ritmo, los pesados collares de cuentas de las muchachas golpean sus hombros al compás de la danza. Entonces uno a uno, los guerreros masai se sitúan en el centro y dan unos espectaculares saltos verticales, los cuerpos rígidamente rectos, las manos pegadas a los costados, las rodillas juntas, y un puñado de hierba fresca apretada bajo las axilas. Pueden seguir bailando hasta que todos se hallan exhaustos.
Después
del recibimiento pasamos a ver el poblado. Los poblados siguen todos
ellos la misma estructura: primero un círculo rodeado por una valla de ramas de
acacia, después un segundo círculo con las chozas de la gente, con un espacio
entre ambos como pasillo y, por último una tercera valla de acacia. Utilizan la
acacia por sus largas espinas que procuran gran protección.
La
razón de esta estructura radica en que el bien más preciado de los Masais son
su ganado y, por tanto, es lo que protegen más fuertemente; así quedan en el
interior de los tres círculos, protegidos tanto por las vallas de espino como
por los propios guerreros y también por algún perrillo que correteaba por allí y a quien
Loli dio de comer algún manjar tomado a la mañana del hotel.
Las
chozas son cuadradas y tienen la entrada en un lateral, como haciendo un ángulo,
de forma que no se entra directamente a la choza.
Las
casas eran minúsculas, al principio daban cierta sensación de claustrofobia
pero te habituabas rápido, estuvimos en una en la que estaban cocinando y para
nuestra sorpresa estaba muy limpia y sin ningún olor a nada en absoluto.
Los hombres nos
mostraron como hacer fuego con un machete y madera, después pasamos a un
mercadillo de artesanía y compramos
algunos regalos para llevar.
Nos despedimos de los niños y los mayores, y
continuamos por este crucero terrestre a
través de la Sabana Africana entre
animales y tribus nómadas.
Después de toda un día viendo animales en estas inmensas
praderas volvimos pronto al lodge, el fuego de campamento estaba triste, se acercaba la hora de la despedida y la morriña arrasaba
a pesar de las risas que hacíamos, todos estábamos tristes por la partida, era nuestra ultima noche en el Masai Mara.
A la mañana temprano una
vez más, hicimos las maletas y pusimos rumbo a la furgoneta. Pero
desgraciadamente, esta sería la última vez. Teníamos como destino Nairobi, en un viaje de algunas horas en los que asomados a las ventanillas íbamos viendo
la kenia profunda, la de fuera del turismo.
La experiencia nos dejó sin
palabras. Campos
inmensos de té , gente con cestas recogiéndolo, chabolas de hojalata y casas
prefabricadas para los trabajadores en el mejor de los casos, y unas
condiciones higiénicas comunes a los países de la zona
Hay
mercadillos en cada piedra, mercadillos bullendo de gente, y jóvenes enfrente
de las obras de carreteras esperando a que les den trabajo. Y siempre gente
caminando por los márgenes de la carretera. No hay un metro sin gente. Increíble la cantidad de puestitos de todo tipo, a
lo largo de las vías del ferrocarril.
Íbamos conociendo la autenticidad del día a día Keniata, y parte de la inmensa diversidad de sus más de
70 grupos étnicos, muchos de ellos luchando a diario por la supervivencia, muchos de ellos
luchando tan sólo para ver el siguiente
amanecer.
Estos
viajes te enseñan una forma de estar en
el mundo, en la que las posturas cerradas y dogmáticas no caben, te enseñan que tienes que aprender a sacar recursos de donde
no los tienes ante situaciones inesperadas que afrontas a diario, y que son distintas
de tus referentes culturales y personales, son aprendizajes que te transforman.
Y la
gente es extremadamente amable, sonríe, te saluda, te sientes bienvenida aunque
no les gusta mucho que les hagan fotos…
Teníamos que
atravesar Nairobi y el caos del tráfico nos ralentizó bastante. Una parada en
la gasolinera para repostar e ir al baño, o hacer
las últimas compras en aquellas tienditas en las que parábamos a lo largo del
camino suspendidas en la nada y que por algún milagro aun están en pies.
No salimos
del coche, los seguros estaban echados, pero desde la ventanilla Estibaliz pudo hacer sus
gestiones con un hombre que ya nos esperaba en una esquina, quede asombrada al
ver esta otra selva humana.
Nairobi carecía de interés, pero uno
tiene la esperanza, después de ver tantas películas en el cine, de encontrar
algún vestigio, alguna prueba que la pueda relacionar con aquella época
colonial. Nada!! Nada de nada!!! Los grandes hoteles y palacios coloniales
fueron derruidos con la independencia de Kenia. Ahora se ha convertido en una
ciudad caótica, bulliciosa, con una arquitectura moderna horrorosa, con una
pavimentación penosa y muy insegura por la noche, Así es Nairobi, una ciudad
nueva, que nació como resultado de la construcción del ferrocarril Mombasa-Uganda,
que ha perdido todo su carisma colonial, y ahora lucha por controlar una gran metrópoli
que no para de crecer a marchas agigantadas por el masivo éxodo rural.
Visitar Nairobi exige una
preparación mental y física previa muy importante. La amalgama todos esos
factores mientras estás atrapado dentro de una furgoneta taxi que serpentea
entre peatones que cruzan jugándose la vida y vehículos destartalados en
dirección propia y contraria.
Finalmente salimos
de esos barrios y nos dirigimos a ese otro Nairobi, el de los turistas y
grandes hoteles custodiados por la policía o los soldados armados.
Nuestro destino era el afamado restaurante” El
Carnivore”. La
pesadilla de los vegetarianos
“el carnivore”
Así que sin esperar
entramos con el rostro alegre y el hambre puesta, es un
asador a lo bestia donde puedes probar un montón de carnes,
algunas raras de encontrar como cocodrilo, (yo fui la única que lo probé, es
como pollo pero más fuerte) y avestruz. Y un sinfín de mas carnes. Es tipo buffet y van pasando con una espada
con las que cortan la carne al estilo Rodizio. Hasta que no bajaras la banderita que tenías
en la mesa, seguían trayéndote toda clase de carnes. No estuvo mal
El sitio en si es una pasada.
Después, cerca, nos llevaron a unas tiendas donde podías comprar café y toda
clase de artesanía. A la hora señalada nuestro
guía-chofer nos llevo al aeropuerto.
Éste ha sido uno de esos viajes que se hacen una vez en
la vida. Y que te transforman como
persona. La sensación de salir del
mundo fue total durante la estancia que duro el safari, el tiempo se detuvo. Y
ahora toca volver a casa.
Esas son las imágenes que definen un país, Kenia, la tierra que atesora el árbol
genealógico de la humanidad
¡Fue
toda una experiencia!
Quiero agradecer especialmente a mis compañeras de viaje el
haber hecho de esta experiencia algo realmente especial. Gracias a nuestro
amigo Juanma que nos proporciono muchas de las fotos del viaje, a Laura a
Estibaliz y a Loli mi prima.
Maria Manderly
8 comentarios:
Hola Maria gracias una vez más por estimular y facilitar la convivencia de esta casa de vecinos- con patio enflorecido y fuente de agua chorreante-, “la archiconocida y sin par” Placenta del Universo. Un relato magnifico que envidia. Espero el próximo con muchas ganas ya. Mil besos
Gracias por compartir.un beso
Me ha encantado tu diario, felicidades. El mes que viene estaré por allí, que ganas tengo....un saludo
Maria ...muy buen relato para mi marido y a mi nos viene muy bien toda esa información. Muchas gracias.
Gracias a todos por vuestro apoyo un besin.
Muchas gracias por tu ayuda a la familia viajera....
Luis Medina
Muchas gracias por todas las explicaciones sobre tus viajes, mi mujer y yo hemos realizado varios viajes siguiendo tus consejos y nos ha servido de gran ayuda. Un fantástico blog.
Saludos.
Javier de León
Gracias a ti por esas fotos que sacas y ese fantástico relato!! Las de Kenia me tienen con los dientes rallando el suelo! Que ganas tengo de poder hacer ese viajazo que hicisteis.
Antonio Ruiz
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