Turquía en tierras de leyenda.
Cuando un avión vía Madrid nos dejo en la capadocia, nunca pudimos sospechar que
Turquía y sobre todo Estambul fueran a
robarnos los sentidos. Habíamos
soñado con recorrer Turquía caminando por los mágicos escenarios de
conquistas. Tierras de héroes, como la mítica Troya, los anónimos eremitas, místicos visionarios, y tierra de paso de caravanas que seguían la Ruta de la Seda.
Es cruzando el estrecho
del Bósforo, ya en la parte asiática del país, donde empezó nuestro fantástico viaje por la
llamada Anatolia Central,
donde ruina tras ruina, pudimos notar
los contrastes.
Así que, en
un mes de septiembre caluroso y seco, con mi prima Loli, hicimos un recorrido
por esa parte del país diseñando este
viaje desde Bilbao directas al corazón
de la capadocia y terminando por unos días en la ciudad del Bósforo.
Al bajar del
avión caminamos hacia el puesto fronterizo del aeropuerto de Nevşehir bajo un sol de justicia. La espera se nos hizo un poquito larga debido a que se paga el visado a la vez
que presentamos el pasaporte, y la cola era larga.
La Terminal
estaba abarrotada de gente y los guías levantaban los carteles con los nombres
de los turistas que tenían que recoger.
Nuestro guía
por esta región del mundo era un estudiante
turco, simpático y muy parlanchín así que durante el trayecto en
autocar hasta el hotel, nos iba
refiriendo la historia de las maravillas
a las que nos íbamos a enfrentar.
Yo no dejaba
de observar por las ventanillas los paisajes que iban discurriendo más allá de
la carretera.
El calor a
esa hora del atardecer aun era muy fuerte,
y poco después, ya empezamos a ver los primeros volcanes que nos
marcaban la entrada a la región de Capadocia.
Unos paisajes de otro
mundo a 700 kilómetros de
distancia de Estambul.
Llegamos al
hotel “Vera
Kaymakli “el hotel está en mitad de la nada pero la estancia es
agradable, quizás no fue tan lujoso como otros de los que habíamos disfrutado
en otras partes del planeta, pero está
muy limpio y el personal es encantador. Ducha cena, tertulia con otros
viajeros y a descansar.
Por la mañana el guía nos vino a buscar y después de un pequeño recorrido en autocar marcado por un paisaje de trigales extensísimos, lagos salados de una luminosidad cegadora, bosques breves, carreteras vacías y pueblos miméticos de casas bajas presididos por estilizados alminares, llegamos a este fantástico lugar.
Por la mañana el guía nos vino a buscar y después de un pequeño recorrido en autocar marcado por un paisaje de trigales extensísimos, lagos salados de una luminosidad cegadora, bosques breves, carreteras vacías y pueblos miméticos de casas bajas presididos por estilizados alminares, llegamos a este fantástico lugar.
La Capadocia es como un mundo aparte. Un paisaje de formas estrambóticas esculpido a lo largo de los siglos por el viento y la lluvia sobre un cúmulo de lava cenizas y barro originado millones de años atrás por la erupción de dos volcanes.
Aquí se levantan formaciones de
rocas que se asemejan a un país de fantasía creando unos espectaculares
paisajes surrealistas de conos rocosos, pináculos en forma de cápsulas y
barrancos desgastados matizados en una gama de color única.
Un delirio geológico de formas y colores todo en naranjas intensos, verdes
minerales, amarillos azufrosos, rosas, blancos harinosos, ocres, púrpuras, y malvas.
-Es
extraño ¡ Aquí las montañas tienen
ventanas, decía Loli. Y lo que desde
lejos parecía un paisaje desolado, es en realidad una ciudad completamente
tallada en la montaña. Un termitero
gigantesco. Un lugar que cuesta creer
Las Ciudades de Capadocia:
Estos paisajes de toba calcárea resultaron ideales
para que los humanos tuvieran facilidad al construir sus casas en las rocas en
formas de cuevas y cavernas. Son pueblos
ensimismados al interior de una colina carcomida por el paso de los siglos y
por la mano del hombre. Los primeros cristianos que se escaparon de la
persecución del Imperio Romano en el segundo siglo AC. Llegaron aquí
ocultándose en estas ciudades subterráneas ya existentes.
Las que más
nos impresionaron fueron las ciudades
subterráneas de Kaymakli y Derinkuyu, están
abiertas al turismo con sus desniveles conectados por túneles bajo
tierra. Esta última contaba con una iglesia subterránea de 65 metros de largo y
distintos espacios destinados muy probablemente a establos. Hasta ahora han
sido desescombradas 13 plantas, y se supone que existen aún más. Pero solo se
puede visitar hasta el 5º ya que el resto sería peligroso, hoy están reservados sólo para los arqueólogos y científicos.
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Derinkuyu y Kaymakli: fueron las primeras que visitamos, son semejantes, y quedamos asombradas por su historia y estructura. Estas ciudades y muchas otras subterráneas de la región, permanecieron ocultas durante mucho tiempo porque algunas galerías y pasadizos habían sido cegados a propósito con arena y piedras cuando sus habitantes las abandonaron .
No se conocen los motivos de tal actuación, sobre todo porque no existe ninguna documentación al respecto. Los arqueólogos estiman que el primer nivel fue excavado alrededor del año1.400 a .C.
por los hititas. Pero en realidad, no saben quién excavó esta
ciudad. Al no encontrar restos orgánicos, no es posible datar la
construcción mediante el Carbono-14.
Estructura de Derinkuyu: Es sorprendente que una obra de ingeniería de este nivel, pudiera ser construida en esa época tan remota. Por su complejidad, Derinkuyu es comparable con las pirámides de Egipto, pero a la inversa, bajo tierra. Con una superficie de4 kilómetros cuadrados,
bajo un firme blando y fácilmente horadable y sus 90 metros de profundidad,
Derinkuyu está diseñada como una ciudad termitero en el interior de
la tierra. Hasta la actualidad solo se han descubierto 20 niveles subterráneos.
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Derinkuyu y Kaymakli: fueron las primeras que visitamos, son semejantes, y quedamos asombradas por su historia y estructura. Estas ciudades y muchas otras subterráneas de la región, permanecieron ocultas durante mucho tiempo porque algunas galerías y pasadizos habían sido cegados a propósito con arena y piedras cuando sus habitantes las abandonaron .
No se conocen los motivos de tal actuación, sobre todo porque no existe ninguna documentación al respecto. Los arqueólogos estiman que el primer nivel fue excavado alrededor del año
Estructura de Derinkuyu: Es sorprendente que una obra de ingeniería de este nivel, pudiera ser construida en esa época tan remota. Por su complejidad, Derinkuyu es comparable con las pirámides de Egipto, pero a la inversa, bajo tierra. Con una superficie de
La ciudad disponía también de un río subterráneo, pozos de agua y un interesante
sistema de respiración compuesto por más de 15.000 pequeños conductos que suministraban
aire a todos los aposentos de la ciudad.
En la época Bizantina, se agregaron puertas de piedra para
el cierre de seguridad en la ciudad. Estas pesadas puertas sólo se
pueden cerrar desde dentro,
impidiendo el acceso desde el exterior en caso de ataque violento o intento de
invasión .Las galería subterráneas, podían bloquearse en tres puntos
estratégicos desplazando estas puertas circulares. Las puertas- piedras tienen
alrededor de 1,5 metros de diámetro y medio metro de
espesor; con un peso de media tonelada.
Con este método innovador de defensa pasiva estas ciudades no se defendieron del ataque externo mediante altas murallas o profundos fosos. La defensa se basó en pasar desapercibidos para sus enemigos potenciales. Sus habitantes, en silencio, sin armas, permanecieron ocultos a los ojos de sus enemigos. Dicen que fue refugio de los hitita, entre el 1.800 y1.200
a .C. un imperio que fue
tan poderoso como Egipto o Babilonia
Muchos historiadores sostienen la teoría de que fueron escavadas mucho antes, y que fue refugio seguro para las personas que vivía bajo tierra; posiblemente una defensa natural frente al cambios climáticos (glaciación).Me cuentan que por esta época debió ocurrir el famoso cambio climático que asoló todos los continentes y terminó con numerosas civilizaciones. Se tiene certeza que hacia el9.000 a .C. , Turquía sufrió una corta glaciación
que duró 500 años. Sencillamente,
los habitantes de la zona decidieron
protegerse de la nieve y del frío,
excavando u ocupando estas ciudades
donde la temperatura era constante, alrededor de unos 11º grados.
Con este método innovador de defensa pasiva estas ciudades no se defendieron del ataque externo mediante altas murallas o profundos fosos. La defensa se basó en pasar desapercibidos para sus enemigos potenciales. Sus habitantes, en silencio, sin armas, permanecieron ocultos a los ojos de sus enemigos. Dicen que fue refugio de los hitita, entre el 1.800 y
Muchos historiadores sostienen la teoría de que fueron escavadas mucho antes, y que fue refugio seguro para las personas que vivía bajo tierra; posiblemente una defensa natural frente al cambios climáticos (glaciación).Me cuentan que por esta época debió ocurrir el famoso cambio climático que asoló todos los continentes y terminó con numerosas civilizaciones. Se tiene certeza que hacia el
Y
continuamos hacia la ciudad de UÇHISAR
UÇHISAR, esta situado al
lado del Valle Rojo, se dice que en este valle al atardecer, en lugar de
mirar al horizonte, la gente mira en dirección contraria hacia las paredes
que intensifican su color rojizo según van cayendo los rayos del sol.
Aquí nos encontramos con un gran peñón llamado el
Castillo de Uçhisar, utilizado como fortaleza, y totalmente horadado, lleno de
pasadizos subterráneos también. Impresionante.
VALLE DE IHLARA y Göreme… El río Melendiz tenía su curso subterráneo entre cuevas, y con el tiempo el techo de la gran cueva se derrumbó, dando origen al Cañón de Ihlara. Mucho después, hasta aquí llegaron grupos de frailes, y excavaron multitud de iglesias en sus paredes, pudiéndose encontrar las iglesias más antiguas de la región, decoradas con frescos en techos y paredes como (Agaçalti o iglesia bajo el árbol) es el valle de Göreme.
Dicen que Göreme es una pequeña hormiga escondida en el gigante conocido como Capadocia y totalmente eclipsado por las Chimeneas de Hadas, con sus iglesias rupestres y paseos en globo al amanecer. Y yo creo, que es en este triángulo mágico formado por los pueblos de Ürgüp, Göreme y Avanos donde se encuentra la Capadocia más espectacular.
Durante toda la época bizantina (hasta el siglo XV) se construyeron más de 400 iglesias aquí, como si los cristianos buscaran la manera de contrarrestar la fuerza pagana que la naturaleza exhibía en aquel lugar.
Y así fueron siguiendo nuestros pasos hasta El valle de las palomas.
A partir del siglo IV cuando Constantino fijó en Constantinopla la capital de su imperio, es cuando empezó a extenderse el monaquismo y a proliferar las ermitas y monasterios en Capadocia. El terreno lo permitía, y los conos gigantes, algunos de más de treinta metros de altura, eran como gigantescas capuchas que parecían hechas a propósito para excavar en su base amplias cuevas dedicadas al culto.
Es el valle de las palomas.
Cuenta la
leyenda que en la Capadocia, en el
centro de la Anatolia turca, convivían sin problema los humanos y las hadas. Pero,
como suele suceder en estos caso, un
hombre y un hada se enamoraron, lo que estaba totalmente prohibido por ambos
pueblos. La pena: la muerte. Sin embargo, la reina de
las hadas recapacito y perdono a los amantes, pero para evitar que volviera a
ocurrir, hizo que todas las hadas se convirtieran en palomas.
A partir de entonces, los humanos que habitan allí cuidan a las palomas que viven en las llamadas “chimeneas de las hadas”, unas de las estructuras de toba volcánica que hacen que uno sienta que está en la luna.
A partir de entonces, los humanos que habitan allí cuidan a las palomas que viven en las llamadas “chimeneas de las hadas”, unas de las estructuras de toba volcánica que hacen que uno sienta que está en la luna.
Como en los cuentos, es aquí donde unos árboles esqueléticos y secos se visten de amuletos mágicos y
vistosos botijos
colgando de sus ramas petrificadas cuales
frutas donde se posan las palomas.
El ojo
turco es el amuleto mágico que utilizado
desde hace siglos, según una creencia muy antigua, protege contra el influir
maléfico que se le atribuye supersticiosamente a la mirada envidiosa de algunas
personas. El nombre que le dieron los turcos a este amuleto es nazar bockuk.
Impresiona el lugar con el peñón de Uchisar en el horizonte.
Las Chimeneas de las hadas…
Como si se tratara de torreones de piedra erosionados por la lluvia, las chimeneas de hada son columnas con “sombrero” y alturas que pueden sobrepasar los40 metros .
Sorprenden por sus formas caprichosas y únicas en el planeta.
A esto se le llama el valle de las Palomas y esta en los alrededores de Uchisar. Cierto que no hay ni iglesias con columnas esculpidas, ni pinturas espectaculares como las del museo al aire libre de Göreme; pero son lugares donde el caminar en solitario lleva a una impagable comunión con un paisaje todavía no masificado, al tiempo que de algún modo permite conectar aunque sea por unas horas con las pretéritas sensaciones de los eremitas.
Han sido muchas las civilizaciones que han dejado su huella en este lugar y que han contribuido a darle ese aire irreal, o más bien surrealista, con cuevas donde los campesinos hoy guardan sus aperos, con albercas donde recogen el agua de lluvia, con pequeñas capillas sin frescos, y caminos laberínticos.
Como si se tratara de torreones de piedra erosionados por la lluvia, las chimeneas de hada son columnas con “sombrero” y alturas que pueden sobrepasar los
A esto se le llama el valle de las Palomas y esta en los alrededores de Uchisar. Cierto que no hay ni iglesias con columnas esculpidas, ni pinturas espectaculares como las del museo al aire libre de Göreme; pero son lugares donde el caminar en solitario lleva a una impagable comunión con un paisaje todavía no masificado, al tiempo que de algún modo permite conectar aunque sea por unas horas con las pretéritas sensaciones de los eremitas.
Han sido muchas las civilizaciones que han dejado su huella en este lugar y que han contribuido a darle ese aire irreal, o más bien surrealista, con cuevas donde los campesinos hoy guardan sus aperos, con albercas donde recogen el agua de lluvia, con pequeñas capillas sin frescos, y caminos laberínticos.
La Capadocia más
espectacular, la de las postales y folletos de promoción, sigue estando
aquí donde se concentran las iglesias
rupestres, pero para mi la auténtica
Capadocia se encuentra caminando fuera de los circuitos hollados, perdiéndose
como uno puede hacerlo por las calles de Estambul en busca de emociones y de un
pasado, en unas cuantas caminatas impregnadas de algún modo por la mística sufí.
Hasta el
viento sopla de una manera diferente en esta inquietante parcela del mundo. Aún
siento un escalofrío al recordar la terrible soledad que uno percibe al
recorrer sus caminos.
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Algunos de estos conos se dividen en otros más pequeños en sus tramos superiores, en el que los Estilitas y ermitaños solían esconderse. Una capilla dedicada a San Simeón, y una vivienda de ermitaño está construida en una de las chimeneas de hadas con tres cabezas. La entrada de la celda está decorada con cruces.
San Simeón, el estilita, vivió en aislamiento cerca de Aleppo, Siria, en el siglo quinto, cuando los rumores de que hacia milagros comenzó a extenderse por la región. Preocupados por toda la atención, comenzó a vivir en la parte superior de una columna de
Bueno la verdad es que las vistas
eran memorables...
Había que recargar pilas para la siguiente aventura.
Una tras otra, las
tiendas se agolpaban en la calle principal, los Ojos Turcos aparecían en cada
rincón y de fondo, la torre para la llamada a la oración. Al otro lado de la
carretera principal que cruzaba el pueblo, se concentraban la mayoría de los
restaurantes, muchos de ellos con terraza y con exposición de comida en primera
plana.
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Fabricadas en casa y a mano, atrajeron el intenso interés de los turistas que venían a la zona, formando poco a poco un sector de muñecas de trapo.
Todo el pueblo de Soganli está fabricando desde hace 50 aňos estas muñecas con un esqueleto de hierro fino y blando, trozos de toalla y tela, y tapas de botella.
Cuando visitas al pueblo de Soganli, puedes ver en la plaza central como se elaboran estas muñecas que puedes comprar como recuerdo.
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Mas allá, el pueblo estaba en completo silencio, las casas
se abrigaban bajo los tejados blancos cubiertos de luz lunar como si les hubieran puesto gorros de dormir
y estuvieran durmiendo plácidamente.
Era hora de descansar quedaba mucho viaje
aun.
A la mañana
siguiente nos levantamos temprano, algunos viajeros ya estaban desayunando.
Café tostadas pastelitos fruta y todo lo
mas apetecible estaba expuesto en un magnifico buffet.
Poco después marchamos rumbo a Konya.
Nuestra primera parada en ruta entre Konya y Nevşehir fue en un caravasar o antigua posada en LA RUTA DE LA SEDA.
Estas posadas datan de la época medieval y se encuentran
cada 30
Kilómetros , que es el equivalente a una jornada de viaje
a camello.
Construida a modo de impresionante fortaleza, las habitaciones y
aseos rodean un patio presidido por una fuente para abluciones. Al fondo
están los establos y el almacén de mercancías.
Este es el caravasar de Sultanhani
dicen que fue el más importante y el más
grande… y a día de hoy, el más espectacular.
La primera impresión desde el propio exterior ya
sirve para impregnarse de su robustez y seguridad contra ataques inesperados: torres altísimas,
murallas potentes y tan sólo dos puertas de entrada (una al
este y otra al oeste) puertas que, por cierto, constan de trece metros de
altura (dos menos que los muros que las contienen) y se abren bajo sendos arcos
de mármol decorados con mocárabes dispuestos en armonía geométrica con
imitaciones de estalactitas.
El estado de conservación es muy bueno, pero el hecho de que haya quedado integrado en el medio del pueblo le quita la sensación que produciría por aquel entonces el encontrarse con esta fortaleza en medio de la nada en la inhóspita estepa… Hoy pierde mucho de su romanticismo.
El estado de conservación es muy bueno, pero el hecho de que haya quedado integrado en el medio del pueblo le quita la sensación que produciría por aquel entonces el encontrarse con esta fortaleza en medio de la nada en la inhóspita estepa… Hoy pierde mucho de su romanticismo.
Konya fue
fundada por los romanos en el siglo II a.C. con casi un millón de habitantes,
es la segunda ciudad más importante de Anatolia Central tras Ankara. Tiene fama
de ser una de las ciudades más conservadoras de Turquía y lugar sagrado para los turcos musulmanes.
En esta ciudad desarrolló su labor el fundador de una religión, la de los derviches de la orden sufí Mevleví, el poeta y místico Mevlâna, y allí se encuentra su mausoleo desde 1273. Es lugar de peregrinación y donde va la gente que quiere convertirse en derviche. El sarcófago se encuentra debajo de la bonita cúpula turquesa, que vimos a lo lejos, y flanqueado por otros personajes importantes, entre ellos su propio hijo.
En esta ciudad desarrolló su labor el fundador de una religión, la de los derviches de la orden sufí Mevleví, el poeta y místico Mevlâna, y allí se encuentra su mausoleo desde 1273. Es lugar de peregrinación y donde va la gente que quiere convertirse en derviche. El sarcófago se encuentra debajo de la bonita cúpula turquesa, que vimos a lo lejos, y flanqueado por otros personajes importantes, entre ellos su propio hijo.
Al lado hay una especie de museo con instrumentos musicales, vestimentas, manuscritos, etc., todo sobre los derviches. En otras salas adyacentes, utilizadas en el pasado por los mismos derviches, ahora están amuebladas como en la época de Mevlâna, en el s. XIII, con maniquíes vestidos a la manera de los derviches.
Los Derviches
Y en algún sitio lejano donde la oscuridad se rompe con velas, los derviches, en éxtasis místico, siguen bailando su danza interminable, con una mano extendida hacia el cielo en la que Alá deposita la paz, con la otra mano dirigida hacia abajo, para que esa paz descienda hasta la tierra y se extienda.
Y en algún sitio lejano donde la oscuridad se rompe con velas, los derviches, en éxtasis místico, siguen bailando su danza interminable, con una mano extendida hacia el cielo en la que Alá deposita la paz, con la otra mano dirigida hacia abajo, para que esa paz descienda hasta la tierra y se extienda.
La filosofía de este
Maestro Rumi consiste en que los danzantes estén en continuo movimiento,
al igual que el Universo, girando sobre sí mismos como los planetas. Hay un
maestro director (el Sek) con capa roja, lo que simboliza su autoridad.
En el espacio de la ceremonia hay una línea que representa el camino más corto hacia la verdad, la cual no se pisa. El baile se realiza en una zona circular.
En el espacio de la ceremonia hay una línea que representa el camino más corto hacia la verdad, la cual no se pisa. El baile se realiza en una zona circular.
En el centro del círculo se coloca un globo de cristal que
representa el sol y unos candiles a modo de planetas. Los tocados de la cabeza
(kulah) representan la piedra de la tumba, el jersey de lana la tumba y la capa
blanca la mortaja.
La mano izquierda queda hacia abajo, significando que lo que se toma del cosmos se devuelve, nunca se retiene nada para sí.
La mano izquierda queda hacia abajo, significando que lo que se toma del cosmos se devuelve, nunca se retiene nada para sí.
La música que les acompaña es a base de flauta y tambores.
No era la primera vez que Loli y yo estábamos en un santuario islámico, pero este nos dejo tan absortas en observar ritos religiosos desconocidos para nosotras que apenas reparamos en la delicada decoración del templo o la majestuosa silueta que conformaban las cúpulas con el minarete.
No era la primera vez que Loli y yo estábamos en un santuario islámico, pero este nos dejo tan absortas en observar ritos religiosos desconocidos para nosotras que apenas reparamos en la delicada decoración del templo o la majestuosa silueta que conformaban las cúpulas con el minarete.
Frente al sepulcro de Mevlâna que mira a la Meca, un grupo de unas de 30 personas rezaban en pie. Sobre la tumba preside un gran sombrero con forma de cono que sale de un turbante. Nos sorprendió bastante. Cuanto más grande es el sombrero, mayor es la autoridad espiritual del difunto y este es enorme. Antiguamente se llenaba un cuenco con agua de lluvia del mes de Abril y se empapaba la punta del sombrero funerario en ella para ofrecérsela a los enfermos.
Ese día almorzamos en un restaurante de carretera donde solo había turistas.
Estábamos en el mes del ramadan. El restaurante tiene también una bonita tienda de souvenir donde compramos algunas pashminas, bolsitas de tela bordadas, y dulces como la rica “barba de dragón”. Hasta que mi prima Loli se fijo en un pequeño personaje en unos cuentos o fabulas que no conocíamos entre unos abalorios de cristal, se llama Nasrudin
(Nasrudín)
Nasrudin es considerado un Don Quijote islámico porque acostumbra a ser cuerdo en su locura y abarca todo el ingenio popular de oriente medio, transmitiendo de forma simplificada las enseñanzas del sufismo.
Este personaje muy gracioso,
montado del revés en su burrito es un antihéroe sufí. Parece tonto, pero se aprende de
sus tonterías. Es un personaje mítico de la tradición popular sufí, una especie de antihéroe del Islam,
cuyas historias sirven para ilustrar o introducir las enseñanzas sufíes, se
supone vivió en la Península Anatolia en una
época indeterminada entre los siglos XIII y XV.
Su origen es medieval y se le conoce en
lugares como Egipto, Síria, Irán, Asia central, Pakistán y la India. También en
Turquía y Rusia. Su fama se extiende desde Mongolia hasta Turquía, e incluso el sur de Italia, en Sicilia (donde es conocido
por el nombre de Giufà) y en Cerdeña, y sus aventuras y anécdotas se
cuentan en multitud de lenguas distintas.Nasrudin es considerado un Don Quijote islámico porque acostumbra a ser cuerdo en su locura y abarca todo el ingenio popular de oriente medio, transmitiendo de forma simplificada las enseñanzas del sufismo.
Loli compro un imán de nevera representando Nasrudin y algunas cosas más y sin mucha pausa, continuamos ruta, rumbo… Pammukale.
El calor era
sofocante, entrábamos en La región
del Egeo, famosa en el mundo por sus ruinas: Hierápolis, (Pamukkale), Efeso,
Afrodisia, Troya, todas ellas eran antiguas ciudades prósperas, importantes
durante tantos imperios: Persa, Romano y Bizantino.
Ayer millones de personas
ocupaban estas ciudades, pero hoy nadie vive allí, solo ruinas y piedras en
medio de la naturaleza como íbamos a comprobar.
A lo lejos
divisamos unas montañas blancas
brillantes como si las hubieran pintado y barnizado, piscinas de agua turquesa y cálida
incrustadas en las laderas.
Llegábamos a Pammukale.
Faltaba poco para que anocheciera cuando paramos ante” hotel Polat termal “ Dejamos las maletas y nos fuimos de excursión por sus instalaciones.Este hotel se anuncia como un 5 estrellas, sin embargo, en mi opinión, no merece más de dos.
Llegábamos a Pammukale.
Faltaba poco para que anocheciera cuando paramos ante” hotel Polat termal “ Dejamos las maletas y nos fuimos de excursión por sus instalaciones.Este hotel se anuncia como un 5 estrellas, sin embargo, en mi opinión, no merece más de dos.
Al entrar en el hotel, la primera reacción es, "WOW". El vestíbulo es precioso, con piscinas de mármol que contenían tortugas y varios anfibios más, y fuera una piscina termal con un chorro de agua caliente y bonitos jardines.
Las cosas empiezan a ir cuesta abajo una vez que abandonas el vestíbulo y te diriges a tu habitación. Los pasillos están cubiertos con suelo laminado en vez de alfombra así que son muy ruidosas, las habitaciones son iguales, grandes con escasos muebles y bastante sucias.
Si te toca la segunda planta, como fue nuestro caso, tienes que subir las maletas por la escalera ya que no hay ascensor. El comedor daba a un patio cerrado con mucha vegetación pero que estaba lleno de bichos. Los gatos perseguían los ratones y las salamandras nos vigilaban desde las paredes del pasillo.
Pero, como siempre ocurre, los defectos por la noche se retraen entre las sombras y dejan paso a las vistas que son espectaculares.
Por la mañana una lluvia
fina envolvía el lugar.
Después de un desayuno más
que regular el guía nos llevo a recorrer la zona. Considerado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es sin duda uno de los lugares más sorprendentes y surrealistas de Turquía.
Pammukale: Castillo de Algodón en turco.
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Hace muchos
años, ciertos movimientos de placas provocaron la aparición de fuentes de aguas
termales con alto contenido en creta, una roca de color blanco que al
solidificar fue creando capas y capas hasta formar las laderas, y se formaron
terrazas con forma de media luna donde se acumulaba el agua. El azul de las
aguas y el albino de los sedimentos calcáreos depositados en el fondo de las
terrazas superpuestas crean una visión fantástica.
Y cerca en lo alto están las ruinas de un no menos sorprendente lugar.
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Hay dos zonas bien diferenciadas: una es el yacimiento arqueológico que visita poca gente, Hierápolis, y otra es la zona de las piscinas termales que ha modelado el acantilado de una forma muy original. El sitio se puede ver desde kilómetros de distancia.
Nosotras comenzamos visitando el yacimiento arqueológico.
Y cerca en lo alto están las ruinas de un no menos sorprendente lugar.
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Hay dos zonas bien diferenciadas: una es el yacimiento arqueológico que visita poca gente, Hierápolis, y otra es la zona de las piscinas termales que ha modelado el acantilado de una forma muy original. El sitio se puede ver desde kilómetros de distancia.
Nosotras comenzamos visitando el yacimiento arqueológico.
De la
antigua ciudad santa y curativa se
conservan un gran teatro, el templo de Apolo, los restos de la vía porticada
que atravesaba toda la ciudad y, sobre todo, la gran necrópolis.
Según la teoría, la gente que por su gravedad no podía ser tratada en el prestigioso Asclepion de Pérgamo (la muerte no podía entrar aquí, decían) era enviada a las termas de Hierápolis que se convirtió en el destino de un gran número de enfermos moribundos necesitados de las bondades de las aguas termales.
Según la teoría, la gente que por su gravedad no podía ser tratada en el prestigioso Asclepion de Pérgamo (la muerte no podía entrar aquí, decían) era enviada a las termas de Hierápolis que se convirtió en el destino de un gran número de enfermos moribundos necesitados de las bondades de las aguas termales.
Y
eso se nota nada más comenzar la visita: la necrópolis es enorme, se trata
de la más grande de Anatolia y cuenta con hasta 1200 tumbas. Túmulos, sarcófagos, panteones dan
un aspecto casi romántico al inicio del recorrido.
Formas diversas, tamaños
grandes y pequeños, sarcófagos destrozados, la hierba creciendo entre tumbas
muchos siglos abandonadas, panteones sin techo, y relieves de Medusa,
protectora local, mirándome desde hace 2000 años.
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La Historia
se encargó de saquear las tumbas de aquella gente que poblaba esta pequeña ciudad que llego hasta
alcanzar los 70.000 habitantes, una barbaridad para la época.
Desparramadas
entre la hierba quemada de septiembre fui descubriendo aquí y allá columnas, capiteles, restos de
decoración. Del Ágora no queda demasiado (o no se ha excavado demasiado). En el
horizonte despuntan bosques de columnas y cipreses, una calzada desgastada e
infinidad de túmulos, mausoleos, sepulturas y sarcófagos de las más variadas
formas y tamaños que se sucedían a mi izquierda y derecha en una avenida de más
de dos kilómetros.
Una maravillosa catástrofe de tumbas que dan
lugar al más caótico y sugerente muestrario imaginable de monumentos
funerarios.
Hierápolis en sus
inicios fue una ciudad helenística
reconstruida tras un temblor en el año 17 después de Cristo y que
gradualmente se romanizó perdiendo sus características originales.
Después el lugar fue una
importante ciudad bizantina
especialmente tras la muerte y martirio
de San Felipe el Apóstol y sus siete hijos en el año 80 después de Cristo.
En el período bizantino tardío Hierápolis se perdió en la oscuridad de la
historia.
Y de repente entre ruina y ruina me tope con "La puerta del infierno".
Se decía que aquí en la
antigüedad cuando alguien fallecía,
Hermes conducía al muerto hasta el río Estigia.
El barquero Caronte lo recogía en su barca y lo llevaba al otro lado
donde se encontraba Cerbero, el perro de tres cabezas del mismísimo Hades, dios
del inframundo, que le daba acceso al reino de los muertos, y se aseguraba de
que las almas allí atrapadas no salieran y de que los vivos no pudieran entrar.
Aquel lugar se le llamó la
‘Puerta del Infierno’
De camino entre el mito, la religión y la
realidad, algunos historiadores, sabios y filósofos aseguraron en sus escritos
haber estado a solo un paso del más allá en vida. Uno de ellos fue el
geógrafo griego Estrabón, que en el año 24 antes de Cristo lo describió como
“un lugar lleno de un vapor tan denso que apenas permitía ver el suelo” y en el
que cualquier criatura que entraba “encontraba
una muerte instantánea”.
Destruida por un terremoto
en el año 17, en tiempo del emperador romano Tiberio, la ‘Puerta del
Infierno’ se enterró para siempre bajo
las ruinas.
Casi 2.000 años después, un
grupo de arqueólogos italianos aseguran haber encontrado el acceso a la cueva.
El hallazgo se produjo por casualidad cuando buscaban la tumba de San Felipe uno de los 12
apóstoles de Jesús. En su búsqueda de nuevos restos siguieron
el rastro de un manantial termal, que les condujo directamente a la mismísima ‘Puerta del
Infierno’.
Según parece, la presunta entrada al inframundo mantiene su aura
mágico-mitológica intacta más de 20 siglos después gracias a las mortales
emisiones de dióxido de carbono que aún emanan de su interior.
El arqueólogo sostiene la
teoría que los antiguos sacerdotes se
quedaban deliberadamente a una distancia razonable de la cueva e inhalaban esos gases con
el fin de tener visiones
Los peregrinos que visitaban el lugar dormían al lado de
una piscina cercana, y cuyos restos también han sido desenterrados junto a las
ruinas de un templo. Al parecer, los fieles se bañaban en la piscina y dormía
cerca de la grieta de la que emanaban los gases, ya que se creía que de esta
manera podían ver el futuro en sus sueños.
La primera Foto es una recreación de Discovery Channel / Francesco D’Andria, las dos
siguientes son nuestras.
Pasear por estas ruinas bajo un cielo amenazador, era como entrar en
el grabado antiguo de los viajeros románticos… Quede asombrada. Después bajamos y nos acercamos a las piscinas termales…
La sensación es muy extraña, tus ojos no asimilan el blanco de las montañas al mismo tiempo que tus pies están cubiertos de agua caliente y turquesa .Para entrar hay que descalzarse y tener mucho cuidado.
Un cielo gris y una débil lluvia se reflejaban en los travertinos.
-Pero… ¿Qué haces descalzas en la nieve?
Esa es la pregunta que me hacían muchos al ver nuestras fotos en Pamukkale. Mis pies desnudos sobre una capa blanca y brillante sugerían que estábamos en algún lugar nevado. Nada más alejado de la realidad. Lo que pisábamos era cálido y suave… ¿Quién iba a pensar que estábamos andando sobre una capa de travertino en polvo?
Suelos y paredes brillan por la caída de agua y tienes la impresión constante de resbalar a cada paso que das, sin embargo, en cuanto posas el pie es como si llevaras ventosas y no te mueves del sitio. El agua que no para de bajar por unos canalones en el lateral está bastante caliente, aunque en las piscinas que se han formado no lo está tanto.
Lentamente se van recuperando las sucesivas capas de caliza y travertino, creadas durante siglos, por el continuo discurrir de las aguas termales que siguen brotando a una temperatura constante de 35º originando, esa especie de cataratas petrificadas en una sucesión de terrazas y piscinas naturales.
Su color blanco, proveniente del carbonato cálcico que arrastra el agua y blanqueado por la luz solar, vuelve a brillar conformando este espacio natural único. Parece que Pamukkale, a pesar de los daños sufridos por décadas de abuso y mala utilización, vuelve poco a poco a recuperar su perdido esplendor.
Las piscinas
que hay en el tramo comprendido entre los tornos y la zona asfaltada en la
parte superior, es donde termina el cuento de hadas, han sido creadas por el
hombre con el fin de cubrir una carretera de asfalto que hace tiempo hicieron
para explotar y cargarse el lugar. Construyeron en la parte alta de la montaña
hoteles, permitían el uso de las piscinas naturales, el transporte en bici y
moto y las aguas termales se utilizaban para los hoteles.
Cuando la UNESCO supo del lugar y de lo que
estaba ocurriendo, comenzó su protección. Se derribaron los hoteles, se cubrió
la carretera con las piscinas que hoy están abiertas al público y tristemente,
se tuvieron que mantener secas otras para no agraviar el problema.
En algunas de las terrazas aun permiten que el agua llegue y fueron las que intentamos fotografiar desde la valla, pues estas no se pueden pisar. Una de las terrazas, la que más nos gustó, aun conserva estalactitas blancas que caen como una catarata congelada.
Se considera hoy como la octava maravilla del mundo. Se presume que los travertinos se formaron en el transcurso de 15 mil años. El agua que brotaba de los manantiales subterráneos a una temperatura de 34 grados corría por la llanura de Menderes, con un alto contenido de bicarbonato cálcico, emanando gas de monóxido de carbono, entonces al juntarse con el bicarbonato de calcio, se disolvieron formando así los travertinos de color blanco.
También puede uno zambullirse en las termas de la ciudad de Hierápolis, rodeado de impresionantes ruinas sumergidas y tomar un relajante baño en la Piscina de Cleopatra.
Estar en este sitio te corta el aliento y uno
no puede dejar de observarlo por horas y horas. El cielo se refleja en las
transparentes aguas mientras que el blanco refleja los rayos del sol que poco a
poco se abrían camino entre las nubes.
Tras despedirnos de las espectaculares vistas de Pamukkale,
salimos dirección Éfesos. Comimos en un restaurante
al aire libre cerca de Efeso y nada más terminar fuimos a visitar las
ruinas que sin lugar a dudas merecieron mucho la pena.
Efeso.
Aquí estaba
una de las siete maravillas del mundo antiguo: El Templo de Artemisa, en sus
tiempos el más grande del mundo. Hoy únicamente queda en pie una colosal columna
de 20 metros
que da la medida de la grandiosidad y esbeltez de aquel célebre templo. En el
Artemisón trabajaron Praxíteles y Escopas, los dos escultores griegos más
famosos de la época
El primer templo fue construido en el
siglo seis antes de Cristo y en el 356 a .C., un perturbado y
tristemente célebre personaje llamado Eróstrato incendió el templo con el fin
de hacer su nombre inmortal. Esa misma noche nacía en Macedonia Alejandro Magno,
quien más tarde, a su llegada a Anatolia, se ofreció a hacer una donación para
el templo, con la condición de asociar su nombre a él. Sin embargo, su oferta
fue rechazada con una respuesta cortés y discreta: "Sería impropio de un
dios construir un templo para otro dios.”
Llegó a ser
hasta cuatro veces más grande que el Partenón,
así como la primera edificación de estos tamaños en ser construida
completamente en mármol en todo el mundo.
Un poco mas allá llegamos a La puerta de Hércules en Éfeso es el comienzo de la
Avenida Curetes que alberga una de las mejores colecciones de ruinas con características greco-romanas donde en algún momento se refugió Cleopatra de la mano de Alejandro Magno. Fue la segunda ciudad más
grande del imperio Romano y se cree que éste era el sitio donde se encontraba
el Santuario cristiano.
Las
Ruinas y templos se conservan muy bien pero lo más impresionante es su
Biblioteca y su teatro. Su biblioteca llegó a rivalizar con la de Alejandría o
la de Pérgamo. Un poco más adelante,
vimos las dos columnas que quedan del Prytaneion, donde las vestales
guardaban la llama sagrada, el corazón de Éfeso.
Desde aquí, bajamos por la calle sagrada, cerca esta la fuente de
Trajano con una piscina rodeada por estatuas de Afrodita, un poco mas
allá, nos paramos a admirar el pequeño
Templo de Adriano construido en estilo corintio, es una maravilla
arquitectónica levantada en el siglo II. Su decoración y los relieves
exteriores le dan una belleza singular. Las réplicas de estos relieves (los
originales están en el Museo de Selçuk) representan la historia mitológica de
la fundación de Éfeso y las hazañas de Androcles, el fundador de la ciudad.
LA VIA DE LOS CURETES, discurre siguiendo la colina
y aunque muy deteriorada sigue conservando el esplendor de antaño.
Recibe el nombre de los
“curetes”, sacerdotes, que se dedicaban a mantener vivo el fuego sagrado en
honor de la diosa Artemisa-Diana que era la protectora de la ciudad.
Se trataba de una calle
porticada, con techados al los lados de un
mármol que se calentaba en verano a diferencia del mármol libanés del
que estaban construidas muchas de las estatuas que decoraban la calle, situadas
siempre entre columna y columna.
Las estatuas pertenecían a personajes importantes de la historia de Éfeso.
Mas la única que se conserva es la de un médico, Aleksandros, que trabajaba en el Asclepion (hospital) de Éfeso.
El “buen pastor” del mundo pagano, Hermes con un cordero, aparece en un miliario haciendo esquina con el símbolo de Asclepios/Esculapio, quien vivió en Pérgamo. Al fin y al cabo, Hermes es el Dios de los comerciantes pero también de los viajeros pastores y ladrones y a él estaba dedicada la bonita plaza que nos encontramos al poco de andar.
Es curioso y la vez divertido imaginar, cuando te cuentan, que los romanos de Éfeso llamaban a la puerta cuando iban a salir de casa, para evitar dar a alguien, pues las puertas se abrían hacia fuera.
Desde el Ágora Superior, bajando por esta Vía de los Curetes, se tiene una magnífica perspectiva, divisándose al fondo la famosa biblioteca de Celso.
Se terminó de construir en el año 135, por
órdenes de Cayo Julio Aquila, quien dedicó este sitio a la memoria de su padre
Cayo Julio Celso Polemaeanus, el procónsul de la provincia de Asia, quien fuera
enterrado aquí, en una tumba de mármol dentro de una cámara funeraria, con un
permiso especial solicitado por su hijo, pues semejante enterramiento iba en
contra de las normas romanas.
La fachada consta de dos plantas con tres entradas en el piso inferior y tres aberturas de ventanas en el piso superior. Las columnas de un lado de la fachada son más cortas que las centrales, dando la ilusión de que la construcción va de mayor a menor.
Las tres entradas están flanqueadas por cuatro nichos con estatuas que representan las virtudes de Celso: Sophia (Sabiduría), Areté (Valor), Ennoia (Pensamiento) y episteme (conocimiento). Se cree que el nicho semicircular en la planta baja frente al portal central contenía una estatua de Atenea.
Que pequeña me sentía debajo el peso de su historia.
Dicen que en la antigüedad custodiaba en su interior del orden de 50.000 pergaminos, convirtiéndose en la segunda biblioteca más importante cuando Marco Antonio decide regalarle a Cleopatra el contenido de la Biblioteca de Pérgamo. Menudo disgusto debieron tener los habitantes de la antigua capital del Reino.
La Biblioteca presenta un increíble estado de conservación gracias a las restauraciones y el material encontrado en las distintas excavaciones.
Pasar por debajo de la fachada después de haberla observado detenidamente y entrar en el interior, e imagínala llena de libros (papiros enrollados supongo o tablillas de cera) por todos los lados. Simplemente impresionante.
Es muy curioso que justo enfrente de la biblioteca, en la Vía del Mármol que esta formada por grandes losas de mármol en la calzada, si miramos a mano izquierda en el suelo se puede ver un diseño de lo que se cree es el primer anuncio publicitario del mundo, esta representado por un corazón, un pie izquierdo y una mujer y se interpreta como que mas adelante, a la izquierda hay mujeres con el corazón vació.
Esa losa anuncia el Burdel, la Casa del Amor, una estructura que no tenía ventanas, aunque no es cierto que existiera un túnel que conectara ambos edificios como mencionan algunos.
Desde aquí se accede al Ágora Inferior, una formidable explanada bordeada por los vestigios de lo que en su día fueron galerías porticadas en las que se mezclaban filósofos y comerciantes que interactuaban con discípulos y clientes.
Aquí es donde te das cuenta que estamos pues, en la tierra donde nació el pensamiento occidental y comenzó así la ciencia moderna con conceptos como la naturaleza. En este lugar se propició la libertad intelectual, base de nuestra cultura.
Tales de Mileto, el primer filósofo de la historia, y Anaximandro, el maestro de Sócrates así como Pitágoras, o Hipócrates nacieron, vivieron o pensaron aquí. Igual que Heráclito de Éfeso, el filósofo que nos habló de la realidad cambiante con esa famosa frase de que no podemos entrar dos veces en el mismo río. Pensamientos como éstos, que ahora nos parecen obvios, supusieron un paso de gigante en la concepción del raciocinio humano.
Cruzando el Ágora se llega al que probablemente sea el mayor teatro de la antigüedad y el más grande de Anatolia. Un recinto grecorromano que tenía capacidad para 30.000 personas. Teatros más antiguos ocuparon el sitio que ahora cubre el teatro romano, construido entre los reinados de Nerón y Domiciano. Hay más ruinas, las del parlamento por donde hoy se asoman algunas cabras que bajan del monte. La verdad es que es sencillamente espectacular.
Cuentan que fue en este teatro donde San Pablo predicó a los efesios y de ese día se dice que un orfebre llamado Demetrio y sus compañeros artesanos con mas de 20 000 personas provocaron una protesta pública en contra de Pablo, al grito de "¡Grande es Diana de los Efesios!". Según algunos, esta actitud se debía al temor de estos trabajadores a que el cristianismo les fuera a agotar su negocio de vender estatuas de Artemisa a los peregrinos… San Pablo fue entonces encarcelado por escándalo público. Mas tarde tuvo que marcharse de la ciudad, y les lanzó tales improperios en su carta a los Efesios, (Ad ephesios) que en castellano aún hoy se utiliza el término "adefesio" en sentido peyorativo...
Desde sus gradas más elevadas se ve la avenida que desembocaba en el antiguo puerto de la ciudad. Buena parte de las piezas arqueológicas de la antigua Éfeso están en el museo de Selcuk —la nueva Éfeso—, como la muy especial estatua de Artemisa de los mil pechos.
Una de las cosas que más nos llamó la atención es la zona en que
se encuentran los baños donde los pobladores se relajaban y se dedicaban a
hacer vida social. Allí mismo hay unas
viejas letrinas de miles de años dispuestas una al lado de la otra en forma de
un largo banco con varios agujeros donde la gente se sentaba tranquilamente a
hacer lo suyo.
Es
extraño verlas todas seguidas sin separación entre ellas, y la imaginación nos hace recuperar la imagen del paciente
sirviente que se acerca a las
letrinas antes de que su dueño acuda para ir calentando el
mármol y coger el mejor sitio, cerca de la fuente de agua limpia… al parecer era lo mas normal cagar en
sociedad, hablando y sonriendo, entre pedo y pedo..! Pero que bárbaro!
Por la ciudad habían pasado antes hititas, persas o
Alejandro Magno… y después de los romanos pasarían los bárbaros y los turcos,
cuando ya desapareció en la Historia. El motivo principal de su
declive y abandono es la pérdida de la conexión con el mar. Los depósitos de
aluvión del estuario del río Caistro
fueron cerrando el puerto haciendo inviable la navegación. Los efesios
nos escatimaron en esfuerzos y existen documentos que atestiguan el drenaje del
mismo pero la lucha fue en vano.
La
ciudad sin puerto perdió su sentido como enclave comercial y poco a poco fue
abandonada. Hoy en día ni siquiera se ve el mar desde la
ciudad.
Curiosidades....El historiador Estrabón,
Cicerón y Julio Cesar visitaron en su día Éfeso. Marco Antonio y Cleopatra
pasaron un invierno. Los emperadores romanos Trajano y Adriano la visitaron.
Antonino Pio, antes de ser Emperador, fue Gobernador de Éfeso y Lucio Vero
estuvo allí para luchar contra los Partos. El poeta Calino, el escritor de
sátira Hiponacte, el filosofo Heráclito, y el geógrafo Artemidoro fueron
personajes célebres de Éfeso
Fue la primera ciudad del mundo en iluminar sus calles principales por la
noche. Sus bien conservados restos nos ayudaron a imaginar la vida en una
ciudad de aquellos tiempos, polo de atracción de relevantes figuras como San
Pablo y la Virgen María.
Porque paralelamente a los romanos, la presencia cristiana fue importante en esta zona. El Concilio de Éfeso, celebrado en el año 431, dictaminó que San Juan estuvo aquí entre el 37 y el 48 de nuestra era, acompañando a la Virgen María. De ahí se estableció que la madre de Cristo murió en Éfeso y como tal se enseña la supuesta casa donde murió, a unos kilómetros de aquí.
Con motivo de la creación del dogma de la Asunción (palabra equivalente a
la Ascensión de Jesús) en 1950, el papa Pio XII proclamó la casa lugar santo,
aunque muchos otros papas han ido en peregrinación allí (el último ha sido
Benedicto XVI), la iglesia no se ha
pronunciado nunca acerca de la veracidad de la presencia de Maria en
esa casa.
Quizás les habrán parecido ya demasiado evidentes y sospechosas tantas coincidencias en uno de los lugares de culto pagano más importantes de la historia. Cabe decir que la única "pista" que indica que aquí vivió María, es que una tal vidente y monja estigmatizada Ana Catalina Emmerick, identificó la casa en una de sus visiones. Quien sabe…
Quizás les habrán parecido ya demasiado evidentes y sospechosas tantas coincidencias en uno de los lugares de culto pagano más importantes de la historia. Cabe decir que la única "pista" que indica que aquí vivió María, es que una tal vidente y monja estigmatizada Ana Catalina Emmerick, identificó la casa en una de sus visiones. Quien sabe…
Han sido dos horas de paseo por las ruinas de Éfeso, hace mucho calor y estamos agotadas. Después de esta visita, nos hicimos una foto con todo el grupo y nos fuimos hacia el bus que nos llevaría hacia el aeropuerto de Esmirna a coger el vuelo destino Estambul.
Imagino antes tantas ruinas los pocos acontecimientos de nuestra historia que fueron capaces de inspirar una epopeya, y de ellos, una resalta sobre todos los demás: la “Guerra de Troya” y el ardid más famoso de todos los tiempos: la utilización de un caballo de madera como original trampa para lograr el triunfo y así provocar el trágico desenlace de la batalla.
La leyenda tenía que estar basada en la realidad, Homero no pudo inventarse todo.
En 1871, cuando un millonario prusiano
apasionado por la arqueología, descubrió la colina donde se asentaba la antigua
ciudad griega ( hoy en
territorio turco) estuvo
muy lejos de lo esperado. Los restos eran pocos y de escaso valor, quizás
debido a las sucesivas reconstrucciones que sufrió la ciudad bajo los diez
reinos posteriores.
Atrás
dejamos también Bodrum la antigua Halikarnaso, a lo lejos, se puede ver
un campo de escombros, es lo que queda
de una de las siete maravillas del mundo antiguo, el famoso mausoleo de Halikarnaso. Mandado
construir como su tumba por el rey Mausolo, que había convertido la ciudad en
su capital y la había embellecido, hizo venir a los mejores artistas de la
época. Algunos trabajaron gratis los
últimos años, cuando Mausolo y su hermana ya habían muerto, solo por el
prestigio.
El monumento
fue desmontado por los cruzados para construir el castillo de San Pedro, que edificaron los
caballeros hospitalarios de Rodas tras una rápida conquista de la zona
aprovechando la debilidad de los turcos cuando la invadía el
gran Tamerlán.
Posteriormente el Museo Británico se llevó los relieves que quedaban, con lo que actualmente solo puede verse la cámara funeraria excavada en el suelo. El castillo es hoy día un museo, y aloja la colección más impresionante de arqueología submarina que hay en el mundo. Tiene varios barcos hundidos con sus cargamentos de época fenicia, romana y bizantina. Incluso un barco que comerciaba con vidrio.
Así que el día dio mucho de si, si tenemos en cuenta las cosas que vimos que fueron muchas.
Al anochecer llegamos al aeropuerto de Izmir para embarcar hacia Estambul. Estábamos cansadas y hambrientas y poco a poco nos fuimos dormitando en el avión.
Era ya de noche y llovía cuando llegamos a Estambul.
( Estambul en este mismo blog)
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