Siempre me han fascinado las imágenes icónicas de Tailandia, por
eso, cuando surgió la oportunidad de este viaje ni se me pasó por la cabeza
desperdiciarla.
Con nuestros amigos Txomin y Felisa, viajamos al antiguo reino de Siam.
Se dice que son tierras lejanas y desconocidas y que ofrecen paisajes vírgenes, culturas
milenarias, y hermosos templos de inspiración birmana medio en ruinas cubiertos de selva.
Un viaje donde fuimos al
encuentro del pasado y del presente, lo
ancestral y la modernidad, tiempos que
conjugan a la perfección en Tailandia, donde nos
sumergimos en la
espiritualidad que transmiten sus pagodas, postrados ante las
bendiciones de Buda y la letanía de unas
monedas que, al caer al cuenco de las ofrendas , rezan.
La cocina de sabores fuertes, las playas de postal, los colores vibrantes, la cultura exótica y los templos centenarios…
Viajamos en el tren de la muerte, el tramo que atraviesa el histórico
puente sobre el río kwai y el “ HELFIRE PASS “.
Compramos en los mercados
flotantes, admiramos las plantaciones de orquídeas, y flipamos en el museo del opio…En el triangulo de oro, al sur de Birmania hoy Myanmar, comimos saltamontes gusanos y algún otro insecto que aun hoy no quiero identificar.
Nos adentramos por la selva a lomos del ancho y magnífico símbolo de
Tailandia, el elefante, bajamos el río en
balsas de bambú, y visitamos templos de
la mano de los monos.
Nos deslumbro el increíble
palacio real de Bangkok donde no me fue
difícil imagiarme la abrumadora sensación que recibió Anna
Leonowens, la mujer feminista inglesa que llego al filo del
año Y sobre todo, conocimos sus gentes. Bajo el pecho de los tailandeses late un gran corazón esculpido a base de budismo y respeto hacia el prójimo, un pueblo abierto a los occidentales que muestran interés y aprecio hacia ellos. Compartir y degustar la gastronomía local en cualquier mesa de un puesto callejero es la mejor manera de intercambiar palabras y mezclarse con sus gentes.
Hoy, por todo ello, voy a abrir una ventana para recordar, al menos en fotos, un pedacito de lo mejor de este país.
Un caluroso día de Julio aterrizamos en Bangkok vía Madrid, Volamos con la Thai Airways en un vuelo de 12 horas, que se nos hizo un poquito largas, pero que volar con esta compañía es una maravilla. El trato, los detalles, la comida, la tripulación es espectacular. Al llegar al aeropuerto de Bangkok tomamos otro avión rumbo al norte, a Chang Mai.
Empezaríamos nuestro periplo por Tailandia, de norte a sur, 12 días arrastrando el equipaje por medio país hasta llegar al sur, paseando por la historia de los preciosos parques arqueológicos más espirituales del planeta.
Click, click… Hemos cogido las cámaras y hemos empezado a disparar. El resultado es un catálogo de imágenes que retrata las maravillas de Tailandia donde tienen cabida desde sus paisajes naturales más soberbios a su ancestral cultura.
Así ha quedado:
Hotel The Empress.
Chang Mai
Después de 12 horas de viaje, llegamos al aeropuerto de Chang Mai donde nos esperaba Taky nuestra guía que nos acompañaría por todo el recorrido Tailandés, es una persona agradable sonriente y muy atenta.
Subimos en un autocar que nos llevo al centro de Chang Mai. Nos dejaron en el hotel “El The Empress” bonito limpio y muy típico. Es de cuatro estrellas y cumple ampliamente todas las expectativas.
Dejamos las maletas y decidimos dar una vuelta por los alrededores del hotel, no muy lejos, ya que esa noche teníamos concertada una cena de bienvenida “khantoke”, no pusimos cómodos y a la calle.
Con un calor y una atmósfera mas que sofocante, recorrimos la avenida sin dejar de sorprendernos por la cantidad de gente y de motos.
No muy lejos encontramos la primera pagoda, sencilla y llena de encanto
con su buda y sus tejados tan peculiares.
En muchos jardines privados
vimos la casita de los espíritus que a los tailandeses gusta
de venerar, pequeña, sin puerta, elevada sobre un pilar. Es el altar para
los deseos más humanos, esos insignificantes ruegos tal vez con los que uno no
quiere molestar a Buda, es la morada
para ofrecer flores, comida e incienso a los buenos espíritus y ganar su
protección.Se nos hizo la hora de ir al hotel para arreglarse y salir a cenar, la cena khantoke.
Cena Khantoke:
Se trata
de una cena al estilo Thai (en la cual
cenas en el suelo y por supuesto descalzo) con las que las gentes de Chiang Mai
homenajean a sus invitados, esta cena viene acompañada de unos espectáculos
sonoros y visuales con los que nos deleitan durante el tiempo que dura la cena.
A parte de degustar la verdadera comida Thai tenemos el gusto de probar el típico arroz “pegajoso", es un arroz especial que se utiliza a modo de
acompañamiento, igual que nosotros cuando utilizamos el pan y el cual se come
con las manos haciendo bolitas que se han de mojar en las diferentes salsas que
hay por la mesa.
Templo de Doi Suthep
A la mañana siguiente nos preparamos para recorrer esta sorprendente
ciudad. Hacia mucho calor y el día
prometía bochorno. Habíamos viajado en
época de lluvias.
A 10 kilómetros del
centro de Chiang Mai se encuentra el renombrado templo de Doi Suthep, Este
templo está situado a 1,100
metros sobre el nivel del mar, es el símbolo de la ciudad.
Un lugar sagrado para muchos tailandeses, uno de
los templos mas bonitos de Tailandia por su enclave en lo alto de una montaña
rodeado de vegetación. Las vistas son espectaculares, es un templo budista,
pero quizás una de sus peculiaridades es
el elefante blanco.
Esto se debe
a que existe una leyenda que cuenta que se colocó una imagen de Buda sobre su
lomo y allí donde el elefante se paró a descansar se construiría este templo.
No pudo escoger mejor lugar con la ciudad de fondo.
La subida al templo se hace en funicular y la bajada por unas larguísimas escaleras
adornadas por dos serpientes, unos 300 peldaños si no recuerdo mal.
Al llegar
al complejo tiene uno la sensación de
estar en otro lugar del mundo.
Recuerdo la impresión al entrar en el recinto y ver
mucha gente por todo. Dedicamos un buen rato a pasear por sus diferentes
rincones y a curiosear las estancias y costumbres de sus habitantes, sus rezos.
El ambiente nos invitaba a sentirnos cómodos.
El templo estaba lleno de monjes de todas las edades con túnicas color naranja azafrán. Ser monje en Tailandia es como antaño hacer la mili en España situación obligada por el gobierno y durante un año.
El templo estaba lleno de monjes de todas las edades con túnicas color naranja azafrán. Ser monje en Tailandia es como antaño hacer la mili en España situación obligada por el gobierno y durante un año.
El número de visitantes Tailandeses y extranjeros es enorme. No dejo de pensar lo impresionante que ha de ser, sin turistas ni visitante…indescriptible!
Para los budistas
este templo es un lugar de peregrinación y hay diversos elementos (sobre todo
campanas) que han sido donadas por diferentes estados del mundo.
Las docenas de
campanas colgadas sabiamente alineadas, y el gong
para los devotos del sonido, rivalizaban
con los dorados y otras estatuas de oro, y verdes budas... Disfruté mucho,
sobretodo teniendo en cuenta que el amarillo es mi color favorito y que sus
diferentes tonalidades inundan sus espacios. Me
parecieron preciosas las enormes sombrillas estilo birmano de pie en las cuatro
esquinas de la estupa.
Me atrajo el sonido
de las campanillas fluctuando en un viento que es casi una brisa, el gong
golpeado por un anciano de ojos cerrados, y el murmullo de los veintiocho
palillos en un cilindro de bambú entre las manos de mi amiga Felisa, que quiere
ver la cara a su futuro.
Es hora de las bendiciones.
El monje no me mira directamente, mantengo una
distancia al tenderle la mano y desde entonces llevo una pulsera de algodón blanco en la muñeca.
Aquel monje sabio de cara redonda y
brillante, estiró los dos extremos del
pedazo de cuerda, rodeó con ellos mi muñeca y con un fino hilo de voz,
pronunció una oración que no llegué a preguntar si era de buena suerte, de
agradecimiento o de protección. Opté por la protección, quedaba mucho viaje. Ella sigue aquí, perdiendo el blanco, envejeciendo como casi todo, pero
sin caer, su apoyo me es aún necesario.
Después
de comer, hicimos la visita a una fábrica de piedra de jade y seda en la calle de la artesanía y pequeños
talleres locales de abanicos, sombrillas,
tallas de madera de teca y mucho más. La que me encantó fue la fábrica de sombrillas
y abanicos, te mostraban todo el procedimiento; desde las cañas y la armazón
hasta el forrado, armado y pintado. Uno podía personalizar su propia sombrilla
o abanico, incluso una de las artesanas me ofreció hacerme una de sus pinturas
en el pantalón que llevaba puesto.
Chiang Mai cuna de la
cultura Lanna
De regreso a
Chiang Mai pudimos apreciar que la
ciudad esta construida sobre la ribera del río Ping a unos 700 kilómetros al
norte de Bangkok, la ciudad asoma por entre las montañas más altas del país
y tiene 300 templos budistas. No es una ciudad bella,
los enormes carteles publicitarios emborrachan la ciudad y dejan poco espacio
para la imaginación, pero los jardines y los templos son muy hermosos.
Este casco histórico tiene el aroma de los viejos tiempos pero con destellos de
modernidad. Puede que ahora las calles estén atestadas de coches y motocicletas
en lugar de bicicletas y carruajes, pero es como si el reloj se hubiese parado y
aun se sintiese la paz de unas calles sin motores. Los edificios tienen escalas
humanas y se reservan las alturas para los templos que sobresalen por entre los
tejados, mezclas de suaves colores rojos
con artísticos detalles en pan de oro. Pequeñas campanillas cuelgan de
los alerones de los tejados tintineando con la brisa vespertina antes de
que las motocicletas echen a andar.
Con tantos templos es más fácil salvar tu alma.
El Rey Mengrai, fundador de la ciudad
en 1296, construyó un foso y un muro de ladrillo alrededor de la misma para protegerla contra
las incursiones de los birmanos. Este muro sigue existiendo y delimita el casco
antiguo de la ciudad.
En
algunas partes el muro esta conservado o
reconstruido y en otras esta tan gastado por el paso del tiempo que funciona
solamente como solarium
para lagartijas. La única calle que rodea la muralla está sacudida por la
energía de las grandes ciudades con motores escupiendo humo negro y azul.
wat phan tao.
Uno de los templos que me gusto en particular se encontraba
solitario y silencioso,
cuenta con adornos en los alerones de los tejados en forma de ‘naga‘ serpiente , insertadas con
mosaicos de espejos en colores. Hay un pequeño estanque en la
parte de atrás, con una estatua de Buda debajo de un árbol rodeada de pequeños
personajes. Creo que este templo es una escuela budista.
Por encima de la puerta principal, hay un mosaico de pavo real
protegiendo a un perro.
Acostumbrados
a los templos dorados de Tailandia, wat phan tao resalta por su impresionante
sobriedad. Es uno de los templos más bonitos de la
ciudad.
Esta Construido
en su totalidad en paneles de teca apoyados sobre 28 pilares también de
teca, se dice que su nombre significa “Monasterio de los 1000 hornos”,
probablemente al hecho de que el sitio fuese utilizado para la fundición de imágenes de
Buda, destinados al Wat Chedi Luang,
el cual se encuentra al lado mismo
Se nota su antigüedad nada mas entrar.
Me asome por una entrada que había al frente, traspase una puerta tremendamente repujada de color rojo, y quede sorprendida por el templo que estaba viendo. El humo de las barritas de incienso llenaban la estancia de una neblina azulada, mágica, que le daba una aureola de santidad y misterio…
El sonido del gong sonaba
mas allá del jardín posiblemente llamando a la oración
El interior es austero con grandes columnas también de madera
y carente de tanto dorado y colores a los que estábamos acostumbrados. Vimos una figura de buda dorado y
algún que otro monje haciendo sus tareas, aunque nos llamó la atención la
cantidad de cuencos con los que los monjes recogen la comida por las calles. Deberían ser de todos los monjes novicios que
vimos en el templo de al lado, porque si no, no sabemos de donde sale tanto cuenco.
Debes echar unas monedas al cuenco para recibir bendiciones. Las imágenes de
elefantes en algunos adornos colgados nos dan a entender la importancia de este
animal para los tailandeses.
Fuera hay unas imágenes
cuyo significado desconozco y que me gustaron mucho, y
unos jóvenes monjes estaban
trabajando en una pagoda de bambú rodeados de algunos perros.
Aquí pude sentir el
auténtico espíritu de un sitio orante donde el silencio se espesa con el calor
de la tarde.
Un poco más allá nos
encontramos con el WAT CHEDI LUANG
Cuando fue construido por el rey Saen Muang Ma, se destino a ser
el lugar de reposo de las cenizas de su padre, y llego a medir 90 metros de altura,
siendo durante más de 500 años el edificio más alto de Chiang Mai.
Ahora tras la
restauración, no llega a los
El otro gran
atractivo de Wat Chedi Luang
es el ‘lak meu·ang‘ (pilar de
la ciudad, que se cree que alberga deidades guardianas ) consagrado en un
pequeño edificio a la izquierda de la entrada principal del templo
En el ‘wí·kâhn‘principal hay un Buda de pie
conocido como Phra Chao Attarot,
flanqueado por dos discípulos renombrados como “Meditación” y “Misticismo
Impresionantes interiores, con columnas redondas
que sostienen un techo alto de color rojo.
En el
extremo trasero de los terrenos del templo hay dos nuevas capillas construidas
en la última década, algo totalmente inusual en templos históricos como este.
Esta diseñado en estilo neo-Lanna con patrones de oro y grandes columnas de
madera. La primera capilla contiene una estatua de cera de Ajahn Mun
Bhooretado, un antiguo abad de Wat
Chedi Luang y uno de los fundadores de la tradición tailandesa de
la meditación en la naturaleza. La otra capilla está hecha de palo de rosa y
teca y contiene reliquias con incrustaciones de cristal y una figura de cera de
Luang Ta Maha Bua, quién recolectó donaciones para comprar reservas de oro para
el banco nacional durante la crisis asiática de 1997 y fue discípulo de Ajahn
Mun Bhooretado.
Otra cosa curiosa es que se ven muchos perros con los monjes y
se dice que no hay templo sin perro, los mismos monjes se encargan de sus
cuidados.Fue una tarde muy instructiva.A la mañana siguiente Salimos temprano, nos esperaba un viaje de unas 4 horas hasta Chiang Rai ciudad mas al norte.
En el camino nos detuvimos en un
campamento de elefantes en donde, además de criarlos, los educan. (Animalistas
como somos, no queremos pensar en el como)
En Tailandia los elefantes llevan un "curso" de entrenamiento donde aprenden ciertas habilidades.
En Tailandia los elefantes llevan un "curso" de entrenamiento donde aprenden ciertas habilidades.
Es el animal emblemático de Tailandia y ha
pasado de ser bestia de carga a atracción turística. Realizar un curso de
entrenamiento de elefantes o aprender el oficio de mahout (adiestradores de
elefantes) es una experiencia que cada vez
eligen más viajeros que aman la naturaleza. A los elefantes se los alimenta, se
los baña y se recorre montado en su lomo
la espesura de la selva.
Y nos llegó la hora de…! montar en elefante!
La verdad es que cómodo, cómodo, no era, cuando el elefante bajaba alguna cuesta daba
la impresión de que te ibas a escurrir del asiento.
Después de cruzar por el rió que posteriormente bajaríamos en balsa de bambú, penetramos por toda la selva disfrutando del frescor del lugar.
Después de unas horas de paseo, dejamos a nuestro amigo el
elefante y montamos en una carreta de Bueyes. Bordeando campos de arroz donde trabajaban los campesinos, nos trasladamos
a otro campamento de elefantes donde vimos la exhibición en el campo de entrenamiento.
La gente se va agolpando para verlos realizar sus habilidades, y desde luego que te pueden sorprender de todo aquello que saben hacer (o que les obligan a hacer) desde jugar al baloncesto, fútbol, pintar con brocha bonitos lienzos, hacer acrobacias, bailar y pruebas de fuerza etc.
La gente se va agolpando para verlos realizar sus habilidades, y desde luego que te pueden sorprender de todo aquello que saben hacer (o que les obligan a hacer) desde jugar al baloncesto, fútbol, pintar con brocha bonitos lienzos, hacer acrobacias, bailar y pruebas de fuerza etc.
Terminado el espectáculo
de los elefantes, tenemos que bajar el Río Tae Taman en balsas de bambú.
Durante el recorrido pudimos comprobar como la corriente arrastraba suavemente la balsa con los pasajeros, y fuimos viendo distintas tribus a lo largo del camino
y sus poblados.
Las risas de los niños chapoteando en el agua nos llegaba desde la orilla, el vuelo de las libélulas y mariposas nos sobrevolaba, y de vez en cuando algún grupo de elefantes que
atravesaba el río saludaba con la trompa.
A continuación llegamos al Jardín de las Orquídeas, EXPECTACULAR,
a la entrada nos regalaron una bonita Orquídea, vimos la instalación y pudimos perdernos en la inmensidad de esta plantación. En
Tailandia florecen 30.000 clases de orquídeas.
Vimos como las cultivan, la forma de regarlas, podarlas etc.
Las fotos que pudimos sacar son impresionantes, hay
muchas, de diversos colores y tamaño, allí
mismo, en este Jardín, esta el
restaurante, una comida tailandesa muy
rica, tipo Buffet. Rodeados de tantas orquídeas y en ese lugar tan bonito, sencillamente,
perfecto. Durante la comida cayo un fuerte chaparrón así que terminamos la visita en el jardín cubierto lleno de cachivaches antiguos que este restaurante posee a modo de museo.
De regreso a Chiang Rai paramos en un curioso lugar, un geiser expulsa agua muy caliente, en algún lugar mas de 70º, y los lugareños aprovechan el calor del agua para meter los pies y cocer unos huevos en unas cestitas de mimbre. A modo de piscinas es como un SPA . El lugar esta lleno de divinidades tanto chinas como thais.
Al caer la tarde llegamos a Chiang Rai, el hotel Wiang inn esta en el mismo centro. Una ducha, y a la calle a cenar.
La cuidad esta muy animada, los monjes budistas sonríen cada vez que los cruzas, y las bocinas de las motos aturden hasta que te acostumbras.
Curioseando por sus calles nos sorprendió El reloj mágico de Chiang Rai.
¡Luces colores y música pegadiza! Durante casi 5 minutos el reloj va cobrando vida y cambiando de color al ritmo de la música.
La Torre del Reloj de Chiang Rai no es más que eso, una torre,
que al estar en un cruce de dos calles también hace función de rotonda. Fue construido por el mismo creador del templo
blanco del que veríamos más adelante.
Cerca del hotel, los escenarios están listos con sus bailarinas de
danzas tradicionales y los músicos con sus instrumentos tailandeses. Enfrente
de ellos hay una inmensa plaza con puestos de distinto tipo de comidas. Comida
tailandesa, comida japonesa, shawarmas, sopas, pescados y marisco que te
cocinan al momento en las mini barbacoas de estos simpáticos “tenderetes”.
Viaje en el túnel del tiempo:
Chian
Rai bajo mi punto de vista, solo merece
la pena la excursión para visitar el
Templo Blanco y continuar el camino
hacia el Triangulo de Oro de gran belleza;
donde la perspectiva desde cualquier mirador del cauce del río Ruak, es bellísima.
Con la
imaginación aún se puede ver la mercancía que no hace mucho llevaban las barcas
que van y vienen constantemente entre las dos orillas.
Por eso, a la mañana siguiente nos
desplazamos hasta la vecina provincia de Chiang Rai en este llamado Triángulo de Oro (Golden Triangle), es el punto de coincidencia en el río Mekong, de
las fronteras de Tailandia, Laos y Myanmar (antigua Birmania).
Esta zona se ha considerado poco segura debido al
tráfico de droga, aunque ahora se ha convertido en un punto turístico. De
hecho, los cerros han sido reforestados y las tribus han cambiado el cultivo de
amapolas por otro tipo de cultivos.Tribus de Los Yao, y los Akha.
Son fáciles de visitar, basta acercarse a Mae Hong Son y contratar excursiones con guías expertos en las agencias especializadas. Se calcula que integran una población de 500.000 individuos, entre los que el gobierno tailandés reconoce seis grandes grupos principales. Hasta hace pocos años estas tribus vivían de la cultura
Nos subimos en unos carricoches que no me inspiraron mucha confianza, están semi abiertos y son muy curiosos y divertidos. Fuimos subiendo por las montañas acompañados por una fina lluvia que daba brillo a la selva.
Entre campos verdes, ríos y camino de tierra envueltos en bruma y barro, nos acercamos hasta el poblado. Dejamos los supuestos “Jeeps” a las afueras y ya desde allí fuimos caminando. El lugar es precioso: todo verde, con animales sueltos y riachuelos.
Llegar y ver a las mujeres y los niños fue impresionante.
Cada mujer vestía su traje típico, al tiempo que tejía, manejaba un telar, o hacía un collar o un muñeco de tela.Los Yao son Originarios de China meridional, se asentaron a principios del siglo XIX, donde se calcula que viven cerca de 30.000. El traje tradicional consta de un turbante negro bulboso y pantalones amplios ricamente bordados. Son adeptos al taoísmo.
Un poco más
lejos en las montañas, visitamos los Akha
tribu que se instalo hace poco más de
cien años. Son la tribu más pobre a pesar de su exótico aspecto. Se distinguen
por la vistosa vestimenta de las mujeres, con su blusón negro, falda y pantalón
adornados con vivos bordados y un tocado con adornos de plata.
El exotismo de las mujeres objeto…
Llegado ha
este punto de mi relato, he de reconocer que no visitamos Los Kayah, o los Padaung pueblo de
las mujeres jirafas, debido a su tristemente célebre tradición de colocar
aros en las articulaciones y el cuello de las niñas nacidas en miércoles de
luna llena.
La razon ?...
Se trata de
una minoría tibeto-birmana, cuyo núcleo principal reside en Birmania, pero que, desde los años 1990,
debido al conflicto con el régimen militar, comenzaron a atravesar la frontera para
asentarse en Tailandia. El gobierno de
Birmania quiso acabar con la costumbre de los anillos de bronce que van
alargando muy llamativamente los cuellos de las mujeres, pero desde el mismo
momento en que llegaron a Tailandia comenzaron a recibir la atención de los
turistas, razón por la cual es prácticamente una obligación para ellas continuar esa tradición por muy molesta que
sea. El gobierno tailandés facilita a las agencias turísticas la inclusión de
sus poblados en sus programas y recorridos.
De hecho, algunos investigadores consideran
que la principal razón por la que se mantiene la costumbre de los aros
cervicales de bronce es, precisamente, la fuente de ingresos que representa
para el grupo y la zona.
Finalmente
son una de las principales atracciones turísticas, que
como las Yao o las Akha son un objeto más de su exótico mercadillo
artesanal. Aquellos que más miradas,
fotos y atracción suscitan.
“Estas tres
Fotos no son nuestras son sacadas de
Internet”
Pertenecientes
a la tribu Karen, siguen aun la antigua tradición, la cual
consiste en mantener el cuello alargado lo más posible. En realidad no es el
cuello el que se alarga, anatómicamente no es posible, de hecho lo que causa
ese efecto es una deformación en la columna producida debido a la cantidad de
años, que las mujeres deben de soportar los pesados anillos alrededor de sus
cuellos. Durante un tiempo se creía que las mujeres usaban anillos alrededor
del cuello para defenderse del ataque de tigres, ya que normalmente el tigre
siempre busca morder a su presa por el cuello, sin embargo ellas mismas han
desmentido ese rumor, asegurando que es simplemente una tradición y un honor en
su tribu ser una mujer jirafa. Esto era en el pasado.
Hoy en el
siglo XXI, es un pueblo esclavizado, donde los hombres no trabajan, si no que
viven como proxenetas, ya que mientras sus mujeres son expuestas a los turistas
ellos viven de las comisiones que les dan los tours. Los turistas (ignorantes de todo
lo que hay detrás), les encanta fotografiarse
con ellas.
Visitar
aldeas de esta etnia, supone un dilema moral para muchos viajeros. También para
nosotros lo fue, sin ninguna duda.
Desde allí,
fuimos hacia el Triangulo de Oro.
la House of Opium
Un pequeño museo, la House of Opium, en Sop Ruak, nos documenta
sobre la cultura del opio. Se
trata de un museo, de gestión privada, bastante más pequeño y más serio que el
Salón del Opio. Dispone de un montón de parafernalias e información sobre el
proceso de producción del opio, desde el principio hasta el final.
Este fascinante museo, de la
experiencia interactive, te lleva a un viaje muy informativo a través de la historia
del opio
. Hace 5.000 años, cuando el opio fue usado principalmente para fines medicinales,
A la salida del museo, a la izquierda el Wat Phrata Phukao es otro
templo importante para no perderse, por su impresionante escalera en forma de
serpiente.
Otra
parada obligatoria es Chiang Saen, para contemplar el templo del Gran Buda
Dorado (Wat Phrata Pha-Ngao) en un barco, rodeado de estatuas de elefantes
donde se puede trepar, altares elaborados para la familia real, y media docena
de señales que indican que sí, que realmente este es el Triángulo de Oro
Poco
después fuimos a comer en un restaurante entre la selva, repleto de plantas
tropicales y pájaros, así que uno tras
otro haciendo cola y risas fuimos
sirviéndonos una deliciosa comida thai. Las nubes habían desaparecido y un
calor de justicia caía en este oasis.
Al finalizar nos desplazamos al pueblo de Mae Sai, para pasar por el puente fronterizo que
separa Birmania de Tailandia, y llegar al
pueblo de Tachileik en Birmania. el destino esta descrito en el post abajo en el link.
Birmania en este mismo blog.
A la mañana siguiente teníamos previsto visitar el parque arqueológico de Sukhotai.
Peroantes una parada al templo blanco Wat
Rong Khun nos dejo deslumbrados...
Wat Rong Khun: el templo blanco.
El Templo Blanco Wat
Rong Khun y la Casa
Negra Ban
Daam Museum
son el Ying y el Yang de la arquitectura de Chiang Rai. El primero, claro,
contemporáneo y diferente a cualquier templo ya visitado. El segundo, oscuro,
bizarro y lleno de contrastes artísticos y decorativos. Ambos considerados como joyas artísticas
relevantes, ligan el concepto de cielo e infierno de una manera moderna,
sorprendente y singular. Es un templo budista e hinduista. Su construcción comenzó en el año
1997, se encuentra a pocos kilómetros al sur de Chiang Rai.
Wat Rong Khun es obra de Chalermchai Kositpipat, un artista local de reconocido prestigio en Tailandia,
de esos que nunca has oído hablar y cuando investigas un poco, te culpas por
ello. Es uno de los templos más singulares de toda la nación. La estructura del mismo obliga a todo
los visitantes “a pasar por el infierno”, representado por cientos de manos que
quieren huir o arrastrarte hacia la oscuridad con ellas antes de llegar al
cielo (donde se encuentra la zona de rezo).
Manos ante los guardianes del Paraíso, símbolo del sufrimiento
de la vida antes de ir al Cielo, almas del infierno
intentando escapar de él.
Su color de porcelana lo da la combinación del color blanco de sus
paredes y de un montón de incrustaciones de pequeños espejos.
Su interior
no es menos interesante que los acabados exteriores, las paredes de la sala
principal que albergan una figura de buda sentado
gozando de la paz de la iluminación, mientras que las paredes tiene dibujos de
spiderman, el ex presidente americano George Bush y Bin Laden montados en
cohete, Godzilla, deportistas famosos, e incluso las torres gemelas de Nueva
York en llamas ardiendo y siendo devoradas por serpientes que
son mangueras de petróleo.
Están
pintadas a mano, son los dibujos más surrealistas que vimos.
Todos los dibujos fueron
decorados con oro.
En una de las otras
salas, el suelo tiene cuatro tipos de animales representando el mundo, el agua,
el viento y el fuego. El elefante representa el mundo; el Naga (serpiente) el
agua; el cisne el viento y el león el fuego.
Para
acceder al edificio del Templo, se debe cruzar un puente recubierto por escamas de serpiente, esta
custodiado por dos guardianes armados
con dagas que protegen la entrada a un supuesto cielo, simbólicamente representa
el puente que tuvo que cruzar Buda para
predicar su dogma por primera vez. El pequeño semicírculo delante del
puente representa a los humanos en el mundo. El círculo grande es la boca de
Rahu, un ángel que tenía el cuerpo negro que ahora es el símbolo de la noche
del miércoles
También los árboles no se salvan de él y tienen colgadas las cabezas
blancas cortadas de los pecadores que han ido al infierno. El "Alíen" de Predador emerge de la
hierba como un monstruo demoníaco. Son innumerables las figuras y dibujos que
representan mitos icónicos de la cultura occidental.
Hay árboles de los deseos repletos de súplicas, se coloca un corazón
colgante de aluminio, donde están escritos nuestros nombres y "un
deseo", son muchos los árboles de los deseos que hay en los alrededores
del Wat. El templo se financia, entre otras aportaciones, por la venta de
estos objetos y lo recaudado en los pozos de los deseos donde los turistas
arrojan monedas.
El color
blanco significa la pureza en el budismo, el cristal significa la sabiduría de
Buda como la "luz que brilla en el mundo y el universo.
Continuamos nuestro viaje, atravesando campos de arroz y de tapioca y fuimos a comer en un precioso restaurante lleno de plantas, pájaros y deliciosos zumos naturales de piña adornados con orquídea. Hacia muchísimo calor, la humedad era muy alta y unos grandes ventiladores estratégicamente colgados de los árboles daban al ambiente una suave brisa. Después de un agradable descanso retomamos viaje.
Esta ciudad
de la que ahora solo quedan sus ruinas es la
madre de la Tailandia actual. Un periodo dorado
donde se constituyo los inicios de esta nación durante
los siglos XIII y XIV, un reino que resistió a esos
tempestuosos tiempos de conquistas y batallas durante más de 200 años bajo la
dirección de 9 reyes, donde
se forjó y predominó el budismo frente a otras religiones, el alfabeto y el
idioma que se emplea hasta hoy .De aquí
se han recuperado las muestras de arte y literatura thai
más antiguas halladas hasta ahora, y se han nombrado esos gloriosos días como
la edad de oro de Tailandia.
Fiel a la
tradición hindú, la arquitectura
religiosa jemer se caracteriza por su planta en forma de mándala,
representación simbólica del cosmos cuyo centro es el monte Meru residencia de los dioses.
Las torres santuarios, en forma de mazorca,
decorada con un encaje de motivos esculpidos
es fantástica.
El Parque Histórico de Sukhothai es un lugar donde aún se mantienen las
ruinas de cientos de templos y estupas, rodeados de un paraje natural que invita a
quitarte las chanclas-zapatos y descansar sobre el césped en algunos rincones
con sombra a escuchar el silencio.
Desde los pies del maestro, vimos el fuego de la iluminación en la cabeza de
Buda y sus enormes manos en posición de victoria sobre el deseo; la izquierda, sobre
las piernas en loto y con la palma hacia arriba; la derecha, sobre su rodilla.
Estos templos seguían
aquí, después de casi ocho siglos.
Envuelta por el silencio sentí esa
fisura oculta del tiempo que parece tragarse momentos, personas y cosas de un lejano pasado, pero que en la magia de este lugar resurgen como lava cuando uno
los contempla y comprueba que existieron
para otros a pesar de nuestra ausencia.
Nos encontramos con una estatuta del
bueno de Ramkhamhaeng, con su vestido tradicional y me gustó que en sus manos
no tuviera ninguna arma de guerra sino un manuscrito en una mano y una pluma en
la otra.
Seguimos viaje hacia el sur dejando atrás las ruinas de Sukhothai bañadas por los últimos rayos de sol y ya empieza a rondarme la nostalgia sin arrimarse del todo. Pusimos rumbo a Phitsanulok para ver el templo Wat Phra Sri Rattana Mahatat donde se halla el Buda de oro.
En el cielo, el sol cae y la luna pega un salto para quedarse estática encima de las pagodas e iluminar los budas.
Ya de noche llegamos a la cuidad.
Phitsanulok
A pesar de no ser
la ciudad más bella del mundo, acoge a Phra
Buddha Chinnarata, considerada como
la estatua más bonita de Buda y una de las más veneradas de toda Tailandia.
Solo estabamos de paso ,por lo que la ciudad no pudimos verla.
No
obstante el templo me parecio digno de visitar ,profusamente decorado y mucho mas elegante en comparacion con los
templos de estilo Lanna visitados hasta
ese momento.
El buda de Phitsanulok
es del siglo XIV fundido en bronce y
recubierta de una capa de oro,es un ejemplo supremo del
arte del
finales de Sukhotai.
Tiene las articulaciones en forma de cuña, pelo muy
rizado Era ya muy de noche cuando nos llevaron al hotel Topland ,esta en una calle solitaria que no invita al paseo nocturno , así que la cena la hicimos en la ultima planta del súper mercado que comunica con una puerta del hotel.
Cena, ducha
y a dormir, hay que reponer fuerzas, aun queda mucho viaje.
Lopburi… La Ciudad de los Monos.
Se dice que
los monos protegen el templo de los malos
espíritus con su presencia, de ahí que todo el mundo se anime a colaborar pues alimentarlos
trae suerte. Ello no
es óbice para tener que proteger las ventanas de las viviendas con barrotes
para evitar sus incursiones, ya que acampan a sus anchas por toda la ciudad, o
advertir a los ingenuos turistas que comparezcan con sus objetos personales a
buen recaudo, que por mucho que desciendan de un dios no dejan de ser traviesos
y curiosos y se suben por encima de ellos en busca de botín. Ellos son los
reyes del lugar y no hay nadie que pueda arrebatarles el poder.
Siempre me han impactado los primeros planos de primates, los detalles
de su cara y profundidad de sus ojos. Es inevitable preguntarse que pensarán,
como será su conciencia, si muy lejana o cercana a la nuestra.
Y continuamos ruta hacia Ayutthaya.
El maravilloso país de Siam, no solo tiene islas en el mar, sino que también se puede encontrar alguna en tierra firme, como en el caso de la ciudad de Ayutthaya. Este ciudad rodeada por 3 ríos que la aíslan del territorio en plena llanura central es la antigua capital del país, orgullo de los thais
Es el Angkor Wat de Tailandia, las ruinas históricas
del país que han visto y vivido los principios de la nación
y la guerra que acabó con la ciudad
brutalmente devastado por los ejércitos Birmanos y a día de hoy, el estado es ruinoso. Todavía pueden
apreciarse las estatuas de buda decapitadas.
El aura misteriosa que envuelve la ciudad cayendo la noche o a primeras
horas de la mañana, son la escena perfecta para fotografiar las siluetas de las
ruinas que recortan los primeros o últimos rayos de sol
del día. Aquí los antiguos budas de piedra y estupas
adornados con telas llamativas, emiten
paz y tranquilidad.
Las raíces como venas hinchadas llenan el visor de la cámara. No parece
haber piedra que no haya sido desplazada, que no cargue sobre sus aristas el
peso de un árbol, de un gigante. Cualquier movimiento dentro del recinto
es lento, se camina por un escenario derrumbado, entre relieves de bailarinas o diosas, irrumpiendo en la penumbra de las piedras y en
corredores infinitos que guardan la alquimia del silencio.
En este atardecer,
sorprendes la brisa jugando con la túnica
suelta de un monje venido de otro santuario, aplicando
pan de oro a un Buda del Wat Si Chum, en la antigua capital tai.
Ayutthaya es un Hércules vencido que aún respira, sin
prestar atención al paso insaciable de la Naturaleza o la Historia breve de los
hombres. Entre los monumentos más destacados está El Buda entre raíces. Cuenta
la leyenda que al ser decapitada la estatua de Buda en la toma y saqueo de la
ciudad por los birmanos, el árbol que ahora la sustenta protegió con sus raíces
la cabeza, y esta ha crecido con él los últimos 250 años.
Entre las ruinas, la verdadera
magnitud quedó sumergida bajo la piedra
tras la guerra con Birmania que destruyó la ciudad, pero no su grandeza.
Es muy tarde cuando fuimos trasladados en pequeñas lanchas a motor
a una velocidad interesante, al hotel RESOTEL
situado
a orillas del río Kwai.
Este
complejo rodeado de bosques tropicales y montañas esta absolutamente aislado en la
jungla y solo podemos acceder mediante canoas. Necesite grandes cantidades de
repelente de mosquitos pese al gran número
de ranas que deben estar colaborando con la caza de bichos. Se oyen ruidos nocturnos desde la terraza del comedor del hotel, cantos
de zancudos, ranas etc. Y nos dormimos escuchando
ese murmullo toda la noche.
El hotel es como otro poblado perfectamente integrado en el paisaje, sencillo
pero espectacular.
“ Dedicado a mi hermano Phillippe”
A la mañana
siguiente después de un magnifico desayuno montamos sobre unas lanchas que alcanzaban una
velocidad enorme para ir al encuentro del
famoso puente Sobre el Rio Kwai. Pero antes, teníamos
prevista la visita al Hellfire Pass “El paso del infierno” lo que se conoce o lo que queda de esa línea de tren como el Ferrocarril de la
Muerte. De esta historia nació la famosa película El puente
sobre el río kwai (1957), cuya melodía conoce todo el mundo
Kantchanaburi es una provincia de Tailandia cuya
capital se encuentra a unos 190
Km . de Bangkok. Se caracteriza por sus bonitos y
frondosos paisajes que albergan entre otras cosas, un lugar que recoge la
historia que vivió este país durante la IIª Guerra Mundial, reflejado en el Museo
que hay en Kanchanaburi , en el Puente sobre el Rió Kwai, en la Vía del
Tren conocida como “Vía de la Muerte” y en el llamado Paso del Infierno.
No recuerdo el tiempo que nos llevo Llegar a Chong Kao Kad “El paso del infierno”
pero si que bajamos por unas largas
escaleras de madera que no parecían querer terminar de descender entre la jungla hasta llegar al paso.
El Hellfire Pass es el más
profundo de los cortes realizados por los prisioneros de la Segunda Guerra
Mundial para construir la complicada línea ferroviaria Tailandia – Birmania, que
pretendía ser una conexión más segura que la marítima para
transportar armamento hacia Birmania.
Para construir los 700 Km . de esa dificultosa
línea de tren que debía pasar por el medio de una selva poco explorada y muy cerrada,
los japoneses usaron prisioneros de guerra aliados.
Se calcula que unos 180.000
trabajadores asiáticos y 60.000 prisioneros aliados trabajaron en la
construcción de esa línea de ferrocarril en unas condiciones pésimas e
inhumanas hasta su extenuación. Había dos
grupos, uno que trabajaba desde Birmania y otro que lo hacía desde Tailandia.
Unos 90.000 trabajadores asiáticos y unos 16.000
prisioneros aliados murieron durante el año y medio que duró la construcción y
que fueron enterrados a lo largo de la vía.
El
principal campo de concentración del grupo de trabajadores en Tailandia estaba aquí,
en Kanchanaburi.
El trazado de
la línea se presumía complicado por ser un terreno muy accidentado
en mitad de esa frondosa selva, y los obligaron a trabajar en condiciones
infrahumanas hasta su muerte. En abril de 1943 comenzaron a perforar el Konyu
Cutting de 73 metros
de largo y 25 de profundidad que los prisioneros llamaron, Hellfire
Pass, por ser el corte más profundo en la montaña y en el que más personas
perdieron la vida. No se les permitía descansar bajo ningún concepto. Por la
noche, iluminados por lámparas de gasoil las sombras de los guardias japoneses les aterrorizaban.
Se podría
decir que excavaron la montaña a mano para que pasara el tren, con unas
herramientas escasas y en unas condiciones penosas. El museo nos explica la tortura que supuso
abrir este paso, no cuesta imaginar el sufrimiento cuando bajas allí y te
imaginas el colosal trabajo que debió suponer abrirse paso en la naturaleza de
esa manera. Y con el calor que hace por esas latitudes. Actualmente las vías
cortadas en ese tramo sirven como memorial de todos los que perdieron la vida
allí.
Pero aún hay
tramos de este diabólico ferrocarril que
siguen activos, y ese fue nuestro
siguiente objetivo, tomamos pequeñas lanchas y
nos dirigimos a la estación de Kanchanaburi para montarnos en el tren en su paso más
espectacular.
El
famoso Puente Sobre el Rio Kwai.
En lo que a
la parte de Historia se refiere en la construcción de este puente, murieron
miles de soldados que trabajaban
por turnos día y noche, con el cuerpo totalmente sumergido en el agua, estaban
expuestos por tanto a todo tipo de enfermedades. Su alimentación era muy
básica y en una zona infectada de mosquitos y otros insectos. El cuerpo
atormentado por la disentería y cubiertos de llagas supurantes.
Ahora aquí se
encuentra la réplica de este famoso y
digo réplica porque el original fue volado poco después por los aliados durante la IIª Guerra
Mundial.
Del puente de madera solo quedaron las pilastras.
El tren se iba acercando poco a poco con su sonar de silbato, para
que todo los visitantes que había en ese momento en el puente ocupáramos los
sitio que hay para resguardarse. La estación esta a dos pasos. Subimos al tren que es
de tercera clase y una vez a medio puente, el tren
activo su silbato de salida para que todos lo vieran pasar y así fue.
Hicimos un recorrido de algo más de una hora atravesando
campos de cultivo jungla y montañas. Las vías se hicieron siempre sobre la
jungla para evitar que los detectaran los bombarderos americanos, en algunos tramos las vías parecen colgar de
los precipicios apenas sostenidas por vigas de hierro clavadas de las paredes
de los acantilados.
Los
ventiladores no funcionaban pero como
siempre las ventanas y puertas abiertas hicieron que circulase el aire y el trayecto resultara entretenido.
Llegados a la
estación de Tamkrase descendimos para ir
a comer en un bonito restaurante con vista al rio Kwai. Una hora después volvimos a tomar el
autocar para ir a visitar el Museo JEATH y el cementerio museo
donde pudimos ver las herramientas
de la construcción del puente , ropas , utensilios de época ,
fotografías , antiguos cascos de guerra ,
armamento , y las cabañas donde se alojaban los prisioneros. Es una
interesante exposición me gusto en particular artículos de prensa, imágenes y
dibujos realizados en secreto, en pedazos de papel higiénico robados o en
cualquier material que pudieran utilizar y donde se describe la vida extrema de
los presos y las torturas que padecieron.
Estos dibujos
son de Leo Rawlings, artillero del 137th Field Regiment R.A. (Real
Artillería británica) y que fue apresado tras la rendición británica en
Singapur, tras lo cual fue enviado junto con 61.000 camaradas de la
Commonwealth al valle del río Khwae Noi para construir el famoso puente
del ferrocarril. Poner cualquier cosa en papel, incluso un diario, se castigaba
con la pena de muerte, él dibujaba a la luz de una lámpara y durante el día
escondía sus dibujos debajo de una litera. Mezclando los colores de la savia de
diferentes plantas de la jungla y fabricando pinceles con mechones de su propio
pelo, mostró las vicisitudes de los prisioneros en manos de los japoneses.
Nos fuimos al cementerio de la guerra. Impresiona, pero no solo por la cantidad de lapidas que hay, sino por lo que significa. Aquí están enterrados o conmemorados los fallecidos en la Segunda Guerra mundial construyendo un ferrocarril. En memoria de todos ellos se construyó este cementerio.
Cerca del anochecer llegamos a Bangkok.
Nos llevaron
al hotel Naral. Este hotel está muy bien situado, en la calle Silom, cerca del
mercado nocturno de patong. La calle es
comercial con restaurantes, galerías de
arte, preciosas esculturas en
bronce y
un templo hindú de bellos colores. Es uno de los poco templos hindúes en
la ciudad, era espectacular, absolutamente todo esta lleno de detalles, cada
esquina, cada recoveco de la pared, sencillamente increíble.
Por la mañana un autocar nos traslada al centro donde se empieza
la visita.
Tráfico, vallas publicitarias enormes, contraste de riqueza y pobreza, y la inevitable
contaminación.
las calles, abarrotadas de tráfico, camionetas, "tuc-tucs", taxis de todos los
colores , coches, transeúntes, bochorno, el olores conocidos y desconocidos de
las comidas y las especias de los múltiples tenderetes de comida que hay en
plena calle.
Desorden, el peligro al cruzar las calles, guardias de tráfico
que sortean los vehículos para que no les atropellen. Con sabiduría oriental,
los autos no protestan a bocinazos.
Barrenderos
con mascarillas para huir de la contaminación, Caos de cables telefónicos por
todas las fachadas, humedad, calor sofocante, edificios muy altos en contraste
con barracas, sus maravillosos templos, tiendas o factorías donde se fabrican
budas …Caos.
Pero te das cuenta que
dentro de ese caos hay orden: Mercado de flores, mercados nocturnos, centro de
oficinas, zona de edificios administrativos, parque, calles limpias,
transporte, metro.
En Bangkok lo antiguo y tradicional están en armonía con la
vanguardia más absoluta. Los templos budistas conviven con los bares en rascacielos
y los restaurantes de diseño, los mercados flotantes con los centros
comerciales ultramodernos y las técnicas ancestrales con una vida nocturna casi
legendaria.
En cuanto a los edificion como el imponente Gran
Palacio, nos da una idea de la esplendorosa arquitectura tailandesa, el
gran buda gigante yace sereno en Wat Pho, la peculiar Kao San Road
alberga al gueto más turístico de Bangkok, en el wat Traimit reina el buda mas caro del mundo con sus 5.5 toneladas
de peso en oro mazizo, el templo de
mármol ciega al sol de medio dia y
escalar el piramidal Wat Arun te acercará un poquito más a los cielos
desde su prang central.
Wat Benchamabophit o
Templo de Mármol
Construido en
el siglo XIX, destaca por la influencia europea en su arquitectura. La traducción
literal es Templo
del quinto Rey situado cerca del Palacio de Dusit, aunque es
conocido como el templo de mármol por estar revestido con mármol de Carrara traído de Italia
siendo uno de los templos más bellos de Bangkok.
Es un complejo que comprende varios edificios, salones, pabellones, campanarios, jardines. El altar con la imagen de Buda es uno de los más bellos de Tailandia. Las cenizas del rey Chulalongkorn se encuentran enterradas bajo la estatua. Su patio interior alberga una recopilación de 52 estatuas de buda, entre los que destaca el Buda Phra Buddhajinaraja de estilo Sukhothai.
Wat Pho (Buda Reclinado)
Este templo es especialmente conocido por tener en su interior al gran Buda Reclinado que, con sus
Se divide en dos partes: la zona donde habitan los monjes y la de las construcciones religiosas.
Resulta más espectacular en vivo y en directo que en cifras e imágenes. Sorprende ver como la estatua encaja casi milimétricamente en el templo en el que se encuentra. Apenas hay sitio para los dos pasillos por donde se le rodea caminando.
En la parte trasera del templo vemos decenas de recipientes y en una mesa cercana encontramos urnas con monedas. Representa la tradición budista de repartir limosna. Si queremos realizarla, podemos coger una de las urnas e ir echando las monedas en los distintos cuencos.
Dentro del recinto del Wat Pho se encuentra el centro para la enseñanza y conservación de la medicina tailandesa tradicional. Estos cursos también incluyen técnicas de masajes, por lo que si queremos, podremos disfrutar de masajes a precios económicos.
Gran Palacio y el Wat Phra Kaew (Templo del Buda Esmeralda).
El amarillo en Tailandia es un color
que demuestra el fervor a la familia real, en Tailandia todos son absolutamente
monárquicos...
El palacio real contrasta con el
entorno. Limpio, amplio... Brillante. Y eso que el distrito Phra Nakhon, es uno
de los más "cuidados" de Bangkok.
Se dice del
Palacio Real que es el palacio más bello de oriente, el recinto consta de
varios edificios. Hay nueve torres, el Panteón de los Reyes, Jardines, más
templos, todo de una gran riqueza, decorados con colores rojos y dorados, y
miles de campanillas que suenan al viento.
Este palacio fue la antigua residencia del Rey y ahora es uno de los monumentos
más visitados y venerados de toda Tailandia.
Ahora está dedicado para el alojamiento a las
personalidades que invita el gobierno tailandés, (aquí fueron alojados los
Reyes de España en su visita a Tailandia en el año 2006).
Ana y el rey …
(historia y fotos reales )
En enero de 1862, el cónsul de Siam (la actual Tailadia) en
Singapur fue a visitar a la señora Anna Leonowens, propietaria de una pequeña
escuela donde estudiaban los hijos de los oficiales británicos residentes en la
isla. La dama escuchó con atención la propuesta del cónsul.
Al parecer, el Rey Maha Mongkut de Siam estaba
buscando una institutriz inglesa que se encargara de la educación de sus hijos
y querían saber si ella estaría interesada en aceptar el cargo. Asi es como
llego Ana a este fabuloso palacio.
La vida en palacio no fue fácil para esta
mujer independiente y de estricta moralidad, que denunció la esclavitud y la
vida de las mujeres en el harén. El Rey Mongkut quien, cautivado por su gran
personalidad, la convierte en su confidente. Las enseñanzas de Anna Leonowens
acerca de la libertad y la dignidad del ser humano calaron hondo en el espíritu
del príncipe heredero, Chulalongkorn, quien abolió la esclavitud.
Hay infinidad de detalles religiosos o guerreros, decorados,
tallados o pintados en todas las paredes y muros: oro, piedras y esmaltes de
todos los tonos: azules, oro, plata, verdes, rojos... Si el día acompaña con
sol, los reflejos completan la estampa.
Un montón de tejados brillantes
en los que predominan los dorados y los rojos, y todo ello salpicado con muchos
espejitos. Budas dorados, guerreros, dragones, etc. Todos ellos con formas muy
retorcidas excepto los budas que se representan en su habitual posición sentada
con las piernas cruzadas.
Dentro del recito también El Phra Si Ratana deslumbraba la vista cuando el sol se reflejaba en sus doradas paredes, y las pinturas de la cara interior de los muros que lo protegen, contaban la terrorífica historia de la formación de la región mientras que los guardianes protegen la construcción de los malos espíritus…Todo un monumento a la riqueza y el poder de los monarcas de este país en los últimos dos siglos y medio. Este chedi dorado, está formado por cristalitos muy pequeños. Espectacular !
En el interior del Gran Palacio hay una estupenda muestra del arte tailandés, una estructura rectangular con tejados superpuestos y acabados típicos, decoración profusa con marquetería, nácar, bronce, cristal y figuras alrededor de todo el templo; Este es el templo budista más importante de Tailandia y el hogar del legendario (y único en el mundo) buda de esmeralda (aunque en realidad es jade) una pequeña representación de un Buda de unos
Tras una serie de peregrinaciones del mismo por este país y su vecino Laos, el buda acabó en este templo en el año 1784. Inicialmente el buda no tenía estas vestimentas, pero hoy en día tiene tres. El traje se lo cambia el rey con cada cambio de estación (invierno, verano y época de lluvias; marzo, julio y noviembre aproximadamente) en una ceremonia muy especial para los tailandeses.
Impresionante fervor de la religión
budista en cuanto a ofrendas que incesantemente dejan en el patio continúo al
lugar donde el buda reposa.Desde un montón de huevos, o tomates...
(Perfectamente colocados en una cesta), hasta inimaginables kilos de incienso
que no cesan de quemarse.
En el interior de este templo no
se pueden realizar fotografías, tuvimos que conformarnos con hacerlas desde
fuera pero aún así logramos unas bellas instantáneas.Al volver al hotel, el almuerzo, lo realizamos cerca, en un pequeño restaurante con terraza en la calle donde a pesar de la brisa el calor era agobiante y húmedo.
Masaje en Bangkok
Según llegamos nos sentaron y nos lavaron los pies. Después nos dieron como un pijama y seguido pasamos a la sala de masaje, nosotros éramos cuatro.
Yo opte por un masaje de pies, así que fui conducida a otra sala donde me sentaron en un sofá y un experto procedió con el masaje.
Puedo asegurar que es una autentica pasada te lo hacen desde el ultimo dedo del pie hasta mas arriba de la rodilla, por la columna y los hombros.
Una vez terminado me dieron un té y espere a que mis amigos salieran.
A su debido tiempo Feli Iñaki y Txomin salieron riendo, me contaron la aventura:
- “Nos tumbamos en el suelo y empezamos a recibir la paliza que ni te cuento.
- La señora nos estiraba de una forma que no sabía que se pudiese hacer. Nos pisaba, nos daba pellizcos, se tiraba encima de nosotros hasta doblarnos enteros, solo el pobre Iñaki aguataba, paciente, como una masa de pan lista para hornear.
- A Iñaki le tocó la hermana mayor, con sus correspondientes kilazos. Y cuando se tiraba encima de el o le pisaba se le oía en la habitación: “joder joder! ” y nos empezábamos a reír. Pero el hombre tenía razones para quejarse, lo suyo si que era una tortura, aunque hay veces que parece que te van romper,me conto entre risas Felisa.
Al terminar nos encontramos de maravilla, y nos dieron un refresquito y a caminar. Todavía quedaba mucho Bangkok para ver.
Esa la noche salimos a cenar, teníamos pensado recorrer buena parte de los garitos de la ciudad.
Tomamos un taxi y en pocos minutos llegamos al mercado nocturno de Patpong
Es el mercado más conocido y con mayor afluencia de turistas de
Bangkok. Es una visita imprescindible.
Llegar a Patpong es como llegar a Times Square en Nueva York,
pero a estilo tailandés. Una aglomeración de carteles, tiendas, bares,
tenderetes,... una explosión de colorido, luces, música a su
más puro estilo.
Está situado en Silom, la
zona con más vida nocturna de la ciudad. Podremos encontrar todo tipo de
artículos, siendo lo principal las falsificaciones de ropa, calzado. A ambos
lados de la calle hay sex shops. También tienen shows de "ping pong".
Es una calle súper
movida, ruidosa, llena de vendedores de todo tipo de cosas y repleta de
mochileros. Muchas gente, muchos puestos de comida callejera, muchos puestos de
lo que te imagines, todo se vende y todo se regatea!
Hicimos algunas compras de última hora y volvimos caminando
hasta el hotel.
Mercado flotante Damnoen Saduak.
Entre
los grandes atractivos que nos ofrecía
Tailandia, hay seguramente un
lugar que es obligado para muchos ya que manifiesta la vida cotidiana
tradicional del país. Estoy hablando del famoso mercado flotante.
Situado en Bangkok, a una hora del centro de la ciudad es además la principal característica que
buscan los turistas para visitar antes que desaparezca. Es uno de los mercados
más grandes y conocidos del mundo y seguramente también de los más curiosos e
interesantes. Aquí el color, los sabores y los sonidos se mezclan en armonía.
Toda la vida fluye en los canales donde se comercia, se come, se cocina y se
intercambian diálogos.Nos llevan a un mini embarcadero para coger la lancha rápida de proa alta (un trayecto de unos 30 minutos), que nos traslado por los canales de la zona donde pudimos comprobar cómo viven estas gente del lugar, dedicados a la agricultura para la cual utilizan el agua de los canales para el regadío de las tierras y a la producción de productos artesanos para venderlos en el mercado flotante.
Nos
encontramos con las barcas gobernadas todas por mujeres cubiertas con sus
característicos sombreros de paja. Pudimos ver como es la compra-venta de fruta, la
calidad de las frutas que aquí se venden es inmejorable: mangos, cocos,
bananas, pomelos chinos, uvas de Malacca, todos frutos que difícilmente
encontremos en otro sitio, al menos con tanta calidad, verduras y comida en
general y también bastantes productos para turistas.
Aquí
vimos también las casas tradicionales
tailandesas y la forma de vida en torno al agua. Los canales son bastante
caóticos, con pequeñas embarcaciones por todos los lados chocando entre ellas.
En algunas partes de Thailandia las vías de agua aun son el presente de la vida
cotidiana, aunque este mercado es principalmente para turistas. En los canales
adyacentes aún se puede ver la autentica vida junto al agua.
De
vuelta al hotel para la comida nos paramos a ver el impresionante… Templo
Nakhon Pathom .
Templo Nakhon Pathom
Como ya he comentado en alguna ocasión, Tailandia cuenta con miles de templos repartidos por todo el país. Algunos destacan por sus budas de oro macizo, por sus enormes figuras reclinadas o por las inquietantes historias que hay detrás, pero hay un templo que bate record por tener la estupa budista más alta del mundo. Se trata del Phra Phatom Chedi.
Con
Se trata de Phra Ruang Rodjanarith, un buda dorado con la mano levantada en señal de bendición y perdón al que acuden multitud de seguidores de la provincia y de toda Tailandia para hacer sus ofrendas de incienso y flores de loto.
Otra de las maneras de realizar ofrendas y obtener su bendición es con el pan de oro, unas pequeñas y finísimas láminas que se pegan sobre la figura de buda, en este caso sobre una más pequeña situada en un lugar accesible para todo el mundo que se acerque hasta aquí. Dicen que debes pegar la lámina en la parte del cuerpo que quieres sanar o proteger, es decir, si eres escritor el lugar donde deberías colocarla son las manos, aun que no lo tengo muy claro si debería ser la cabeza.
CHINATOWN
La última mañana que permanecimos en Tailandia la dedicamos a
recorrer algunos lugares que ya habíamos visto en nuestro recorrido por los
templos de Bangkok, pero que queríamos ver con más detenimiento. Uno de estos
barrios es el colorido barrio de Chinatown. fue creado por la población china
emigrante al instaurarse Bangkok como capital de Tailandia en 1782. Aunque en Chinatown, como en cualquier barrio chino, predomina el caos, es un barrio muy seguro donde es posible
encontrar calles peatonales que nos sirvan para recuperar fuerzas.
En sus
calles encontramos puestos de toda
índole; los más típicos eran los de ropa y comida, pero vimos incluso
tenderetes que nos costo saber cual era su misión. Comerciantes chinos,
nepalíes e indios hacen que estas calles
estén repletas de vida a cualquier hora del día.
Situado en el modesto barrio de Chinatown, el Wat Traimit
sería otro templo más entre tantos y tantos de Bangkok, de no albergar una valiosísima estatua que le ha
dado fama mundial: el Buda de Oro
El Wat Traimit
Este Buda consta
de 3 metros de altura y pesa
aproximadamente 5 toneladas y media y es sin duda, la mayor
estatua de oro macizo del
mundo.
La historia de
su hallazgo es bastante peculiar, puesto que inicialemnte no se sabía que
estaba hecha en oro macizo, sino que se pensaba que estaba hecha de yeso.
Allá por los años 30, fue necesario hacer unos
trabajos de acondicionamiento en las orillas del
río Chao Pharaya, cerca del barrio
chino de Bangkok , por lo que era necesario la
destrucción de un viejo templo casi abandonado donde se encontraba una estatua
de Buda en estuco dorado.
Como el templo
en sí mismo no tenía capacidad para recibirla, la dejaron a la intemperie y le
construyeron un simple techo de chapa y así estuvo 20 años, hasta 1955 en donde
los monjes encontraron que debían construir un nuevo edificio y de pasada,
hacer un lugar para albergar la estatua.
La grúa que estaba encargada de su
desplazamiento se descompuso y al romperse el cable con que estaba sujetada se
rompió y la estatua cayó al barro, causando muchos temores ante los que estaban
presentes que la abandonaron en el suelo. Como
si esto ya no fuera complejo, este traslado se llevó a cabo durante le época de
lluvias, y justamente ese día cayó una tormenta de dimensiones mayores a las
comunes, anegando la ciudad.
Solo
hasta el día siguiente, el monje superior de la pagoda fue a evaluar los daños
que había sufrido la estatua y al retirar los restos del barro, observó que el estuco estaba muy
agrietado y en el fondo se podía ver un metal muy brillante. Tras varios
análisis, se dieron cuenta que debajo del
estuco, lo que había era oro macizo. La noticia cundió rápidamente por la
ciudad, asegurándole al templo su fama y su riqueza proveniente de las miles de
visitas que recibe y que aun no disminuyen,
hoy está valorada en 110
millones de dólares.
Talad Rom Hoop : El mercado sobre las vías del tren.
El mercado sobre las
vías de tren - Maeklong
El mercado sobre las
vías de tren - Maeklong
En este mercado, el tramo de ferrocarril no está sólo para decoración,
hay un tren que pasa en el centro del mercado ocho veces al día, Cuando pasa el
tren, los vendedores quitan sus puestos y los vuelven a montar cuando el tren
se ha ido.
El tren circula
por el mercado Talad Rom Hoop instalado
junto a las vías, Mercaderes, turistas y compradores se reúnen junto a las vías
en el mercado más peligroso del mundo donde se puede encontrar fruterías,
carnicerías, pollerías y pescaderías a centímetros de las vías por las que
circula.
Ya por la noche terminaba nuestro viaje.Un avión nos llevaría de regreso a casa.
Tailandia
tiene multitud de lugares maravillosos y al ser tan extensa siempre vuelves con
la sensación de haberte dejado mil lugares sin visitar.
Es un
país donde se abre un mundo increíble de gentes
diversas, un mundo donde las agujas del reloj parecen haberse detenido hace ya
tiempo…
No por ello deja de ser uno de los
países más impenetrables que puedan existir.
Pues bajo el barniz del modernismo más de cuarenta millones de campesinos
siguen viviendo como lo hicieron siempre en
torno al wat (templo), cultivando el arroz al ritmo de las fiestas del calendario lunar
budista, que lleva una delantera de más de quinientos años sobre el que rige en
Occidente
El budismo,
la historia, los paisajes, fueron caminos en aquel viaje y las herramientas de
aprendizaje, como la meditación
trascendental fueron vehículos de ayuda. Aprendes que el verdadero motivo de
seguir cada día adelante es crecer y madurar, fortalecer las virtudes e
intentar domesticar los defectos, y sin prisas, a golpe de zapatilla y sudor,
hacer intenso cada instante de la vida.
Aquella noche decimos adios a este antiguo
reino de Siam , a Las ruinas de Sukhothai, Ayutthaya y a lopburi
que me enseñaron que las piedras
también mueren, y que la mejor forma de recobrar el alma después de un largo
viaje, es iniciarlo de nuevo.
Maria Manderly
6 comentarios:
muy lindos y motivadores tus relatos de Tailandia, estamos planeando con mi mujer un viaje para mayo 2015 recorriendo esos puntos que vos describis.
Un saludo
Antonio.
Que ganas dan de volver con tu relato, sigo tu circuito que es muy atrayente para una próxima visita..
un saludo
Oscar.
Qué emoción siento cuando leo cada renglón que escribis! Feliz comienzo de esta emocionante aventura de conectarte a través de este blog con tanta gente que va a vivenciar tus experiencis a travéa de tus relatos y fotos!!! Beso grandote!y… viajo con vos por medio de este blog!!!
Graciela
Hola,acabo de conocer tu blog y estoy alucinando de toda la información detallada y muy útil que nos regalas.Por aquí me quedo,también te seguiré en Facebook.
Muchas gracias por tu trabajo.
Maria Calleja
Te leo desde Virginia solo decirte que nadie sabe, a ciencia cierta, porque este país enamora al viajero de un modo tan profundo. Llevo tiempo sorprendiendome de como marca a los viajeros la experiencia Tailandesa, sin ser capaz de explicar el poderoso embrujo de sus gentes, de su historia, de sus paisajes, de sus pagodas.
Gracias por compartir
Precioso post, Maria. Aunque todavía no he tenido la suerte de conocer Tailandia, he leído tanto sobre ella que tengo muchas ganas de hacerlo. Un abrazo guapa
Patri
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